«El mundo anárquico»

Dr. Michael LaitmanOpinión (Stewart Patrick, Sénior Asociado y Director de las Instituciones Internacionales y del Programa de Gobernabilidad Global en el Consejo de Relaciones Exteriores): «La demanda por cooperación internacional no ha disminuido. De hecho, es mayor que nunca, gracias a la profundización de la interdependencia económica, al empeoramiento de la degradación ambiental, a la proliferación de las amenazas transnacionales, y a la aceleración del cambio tecnológico. …»

«La gobernanza mundial» es un término escurridizo. Este no se refiere a un gobierno mundial (que ya nadie espera o quiere), sino a algo más práctico: al esfuerzo colectivo de los Estados soberanos, de los organismos internacionales y de otros actores no estatales para hacerles frente a los desafíos comunes y el aprovechamiento de las oportunidades que trascienden las fronteras nacionales».

«La cooperación bajo tal anarquía es ciertamente posible. Los gobiernos nacionales a menudo trabajan juntos para establecer normas de comportamiento comunes en ámbitos como el comercio o la seguridad, incorporando normas y reglas en las instituciones internacionales encargadas de proveer bienes globales o mitigar males globales. Pero la mayoría de los organismos multilaterales de cooperación, incluso los que se unen bajo el derecho internacional, no tienen poder real para hacer cumplir las decisiones colectivas. Lo que se hace pasar por gobernabilidad, es pues, un mosaico desgarbado de las instituciones formales e informales».

«Junto con los órganos de composición universales de larga data, hay diversas instituciones regionales, alianzas multilaterales y grupos de seguridad, mecanismos de consulta permanentes, clubes de autoselección, coaliciones ad hoc, acuerdos sobre temas específicos, redes profesionales transnacionales, organismos de normalización técnica, redes de acción mundial, y más. Los estados siguen siendo los actores dominantes, pero los actores no estatales ayudan a darle forma cada vez a la agenda global, a definir nuevas reglas, y a supervisar el cumplimiento de las obligaciones internacionales».

«El desorden es antiestético y difícil de manejar, pero también tiene algunas ventajas. Ningún organismo multilateral podría manejar todos los problemas transnacionales complejos del mundo, y mucho menos hacerlo de forma efectiva o con agilidad. Y la pluralidad de las instituciones y foros no siempre es disfuncional, ya que puede ofrecerles a los estados la oportunidad de actuar con destreza y de forma relativamente flexible para responder a los nuevos desafíos. Pero a pesar de lo que uno piense del desorden global actual, es evidente que llegó para quedarse, entonces el reto es hacer que funcione lo mejor posible».

Mi comentario: No hay duda de que el mundo llegará a la conclusión de que un solo gobierno global es la única solución a los problemas del mundo. La comunidad internacional puede ser administrada sólo si las masas tienen la misma educación y la comprensión del mundo integral cerrado. Por lo tanto la necesidad de una educación integral en la lucha contra el caos surge incluso ahora.
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