Lo que nos falta principalmente, es la conexión, al menos en algo. Baal HaSulam escribe, que todo el mundo está entrando en un estado llamado “la última generación”, en el que todos debemos estar conectados mutuamente. Ya sea que lo queramos o no, el gobierno superior siempre nos hará girar alrededor de la conexión entre los pueblos del mundo.
Veremos cuántos países, compañías, partidos y organizaciones sociales serán arrastrados a un torbellino, conectando, colisionando y afectando unos a otros. Día tras día, todo este nudo, se sentirá cada vez más confuso e irritante, debido a que el mundo está avanzando hacia la conexión universal.
Por lo tanto, tendremos que revelar el estado en el que nos encontramos y la medida de nuestra oposición, de no estar listos para escucharnos el uno al otro y hacer las cosas totalmente diferente. Hasta el final, desde esta oposición, lo veremos en el hecho de que no existe distinción entre nosotros. No importa lo que hace cada quien, todos nos debemos unir.
Es como una familia, donde cada miembro tiene su responsabilidad y su propia profesión. Sin embargo, hay un círculo que une, una familia en la que crecemos y aprendemos a entendernos mejor y a sentirnos mutuamente con el fin de construir un entorno para nuestra existencia cotidiana.
No importa lo que mamá hace, para quién trabaja papá y dónde estudian los hijos. Al final, además de las actividades personales de todos, hay una conexión común entre ellos, que se llama familia. Independientemente de que cada uno de los miembros de se ocupe de sus propios temas en el mundo exterior, dentro núcleo familiar estamos conectados como uno.
Así es como necesitamos ver la conexión entre todas las personas. Hay muchos miles de compañías distintas, partidos y grupos en el mundo, pero todos tenemos que sentir que nos encontramos en el mismo sistema, en la misma familia. A pesar del hecho de que cada quien tiene sus propias actividades fuera de este sistema, hay algo que nos conecta dentro de una familia.
En esta familia, no determinamos qué tipo de asuntos personales cada uno debería hacer. Solo nos importa sentirnos como parientes, conectados y dependientes entre sí.
Veremos cómo día a día, el gobierno superior, la naturaleza y el programa de desarrollo nos vincula cada vez con más fuerza. Cada momento, estamos más dependientes unos de otros y no tenemos forma de escapar de esta familia. Necesitamos escribir más sobre esto, hasta que la humanidad entienda que la naturaleza no nos dejará elegir; nos empuja a familiarizarnos con este sistema y a entender que todos somos una sola familia.
Realmente empezaremos a ver una pertenencia relativa a esta familia en cada habitante de este mundo y de acuerdo a esto, estableceremos nuevas relaciones entre nosotros. Esto acabará con muchos problemas en el camino de nuestro desarrollo espiritual, porque es lo que el Creador quiere de nosotros.
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