Brillantes Sefirot

Una Sefirá es un deseo de recibir placer que se restringe y se abre para otorgar a un amigo, es decir, ya tiene una pantalla y una Luz reflejada, un cálculo para otorgar. En la medida en que le otorga a un amigo se considera radiante y, por lo tanto, se llama Sefirá. El deseo se divide en diez Sefirot que quieren brillar, otorgarse entre sí y, por lo tanto,  se unen para otorgar al Creador. En ese alcance, el Creador brilla sobre ellos. Entonces, comienzan a brillar y se llaman diez Sefirot.

Podemos trabajar con estas diez Sefirot en muchos niveles siempre que podamos elevarnos por encima de nuestro deseo y convertirlo en resplandor, una fuente de Luz.

Obviamente, no puedo ser la fuente de Luz, pero en la medida en que quiero otorgar, la Luz comienza a aparecer en mí y me otorga la fuerza de otorgamiento. Así, me convierto en el canal para dirigir la Luz superior a los demás. Todos tienen que convertirse en un canal así, conectándose al Creador con otros. Así es como reconstruiremos el sistema roto de Adam HaRishón, un alma común de la humanidad.

Pertenecemos a la última generación, que tiene un enorme deseo de recibir placer y el cual es muy difícil de corregir. Por lo tanto, nos resistimos mucho a esta corrección, y alargamos el tiempo.

Por otro lado, este es un proceso tan largo y difícil porque estamos realizando una corrección colectiva. Hace mucho tiempo, una sola persona o un pequeño grupo era suficiente para acercarse al Creador, revelar la fuerza superior y lograr su corrección porque ellos mismos se estaban corrigiendo. Hoy, sin embargo, estamos al comienzo del proceso de la corrección colectiva y, por lo tanto, tenemos que construir un adaptador de transición de nosotros mismos para la humanidad en su conjunto, para todas las almas.

Es por eso que nuestra corrección es tan vasta y amplia, a diferencia de cualquier otra en la historia. Es por eso que tenemos que realizar tales esfuerzos tan grandes incluso para la primera entrada al mundo espiritual.

Acelerar el desarrollo espiritual sólo es posible a través de nuestra conexión. Además, es importante saber por qué necesitamos esta conexión, como está escrito: «el final de un acto está en el pensamiento preliminar». Nosotros vivimos en la era del final de la corrección. (Gmar Tikún). Por lo tanto, debemos avanzar hacia este estado deseado, y desde ahí comenzar a girar la rueda y ver qué es lo que necesitamos hacer ahora. Sin embargo, debemos apuntar al objetivo final desde el principio.1

De la 1a parte de la lección diaria de Cabalá, clase con el tema «Sucot«, 27/sep/18
1 minuto 35:22

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