¿Cómo puede el amor por el prójimo, conducir al amor por el Creador?

¿Cómo puede el amor por el prójimo, conducir al amor por el Creador? Debemos recordar siempre que venimos de una sola alma, de Adam HaRishon. El Creador creó a Adam, lo llenó y organizó todo en él.  

Todos los procesos y todos los estados están contenidos dentro de este Kli. Sin embargo, tenemos información desde el rompimiento, que es opuesto a la perfección y a la conexión; y así, desde un estado imperfecto, a uno perfecto, necesitamos adquirir el propósito deseado. 

La información completa de los estados previos, ya está presente en Adam HaRishon; no descubrimos nada nuevo. Como está dicho: “No hay nada nuevo bajo el sol”. Nuestra tarea, es solamente poner todo en orden, para prepararnos a aceptar todos los estados de conexión y el mundo que se nos revela. 

Después del rompimiento, nos volvimos opuestos al amor por el prójimo. Fue hecho a propósito, para conectarnos con luz y oscuridad, odio y amor, conexión y separación; porque sólo a partir de los opuestos, podemos sentir lo que es un ser creado y lo que es el Creador. Finalmente, no hay Creador, sin seres creados. 

Carecemos de esta sensación, por consiguiente, no notamos al Creador. Sólo decimos que el Creador está oculto, pero, de hecho, no hay ocultamiento. El Creador está en todos lados, pero no estamos capacitados para revelarlo con nuestros sentidos. La fuerza de otorgamiento llena toda la realidad, pero sólo revelamos un poco de la fuerza de recepción y con ella, imaginamos todo este mundo, nuestros cuerpos, nuestro universo. No hay nada real en esta imagen. 

El rompimiento y la ocultación, fueron arregladas para darnos la oportunidad de abrir gradualmente los  ojos y construir un órgano sensorial espiritual. De lo contrario, era imposible establecer a los seres creados.

El ser creado, es un concepto especial. El Creador tuvo que preparar todas las condiciones: desde la completitud, a la absoluta incompletitud, hasta el punto de separación y oscuridad total, para que superemos esta oscuridad y desconexión, a partir de este estado próximo a la inexistencia.  Finalmente, ese estado sólo existe en el punto que establece la relación del Creador, con los futuros seres creados, que se llama “punto en el corazón” o “parte de la divinidad”, que viene de arriba o de una chispa de luz. 

Esta chispa opera en cada uno de los seres creados, cambia para acercarnos poco a poco, a la sensación de realidad fuera de ellos, es decir, la fuerza de otorgamiento. Conforme se desarrolla el hombre, puede, por lo menos, sentir lo que sucede afuera de sí mismo, en el mundo corporal y adquiere corporalidad. Aunque, de hecho no sucede afuera, sino más bien dentro de él. Así, llega al alcance espiritual.  

Así, gradualmente, construimos nuestros Kelim, con nuestra conexión. Al principio, es una conexión egoísta, para hacer el bien en este mundo. Después, poco a poco, se revelan dentro de nosotros, nuevos Kelim, los espirituales. 

Es necesario que entendamos que el egoísmo nos conduce a un camino sin salida y, se requiere que lleguemos a la verdad que está por encima de nosotros. No es que nosotros establezcamos las leyes del mundo, lo hace la fuerza superior; no hay nada más que eso. Necesitamos estudiar estas leyes e intentar corregirnos. 

Todo empieza con la sumisión. Por eso, mientras más sucumban -el hombre y la humanidad- a su naturaleza egoísta, más golpes reciban y finalmente, tendrán que concluir que no hay modo de actuar de acuerdo a nuestro ego y que es necesario estudiar lo que en realidad corresponde a las leyes del mundo o leyes de la naturaleza superior, las leyes del Creador.
[291028]
De la 1a parte de la lección diaria de Cabalá del 13/dic/21, “Amor por el Creador”.

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