Pregunta:
Cuando un niño está aprendiendo a hablar, ¿cómo se construyen las conexiones de la percepción del lenguaje? ¿Y por qué la lengua materna se clava tan profundamente que, aunque esté aprendiendo una lengua extranjera sigue teniendo algo de acento?
Respuesta:
El lenguaje es un programa en el que la sensación interior del entendimiento se asocia con su expresión verbal. Los contactos entre la sensación interior y la expresión verbal son un enorme programa de asociaciones e imágenes.
Se forma dentro de nosotros, encerrada entre las imágenes y sus conceptos semánticos, su expresión por medio de los gestos faciales, y todo su sentimiento porque cuando una persona habla, reproduce esta imagen dentro de sí misma. Todo esto se construye dentro de nosotros durante aproximadamente los dos primeros años de vida.
Creo que si empezáramos a enseñar a nuestros hijos algunos idiomas hasta los dos años, estos idiomas se convertirían en sus lenguas maternas. Una persona cambiaría de un programa a otro del mismo modo que un ordenador tiene Word, Excel y otros programas.
Cuando una persona se hace más adulta, esto ocurre de forma más artificial, es decir, existe un lenguaje interno y también una traducción externa. Aunque sea muy fácil y transferible, ya no es una lengua nativa. Por lo tanto, no se puede hacer nada aquí.
Hay personas como yo que tienen una conexión tan fuerte con su lengua materna que son incapaces de dominar libremente otro idioma. Si viviera, digamos, en un entorno inglés, sin duda cambiaría, de lo contrario es muy difícil.
Sin embargo, hay personas para las que es muy fácil. En general, se trata de jóvenes de 16 a 17 años o incluso menos. Captan los idiomas de forma absoluta y clara porque están sintonizadas para entender a los niños, para hablar con ellos. Su respuesta de adaptación es mucho mayor que la de los hombres.
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