Consideraciones de la crisis

La globalización es la revelación de un nuevo nivel de conexión entre nosotros. Debería ser benéfico, pero como podemos observar, sólo ha provocado más problemas.

¿Por qué ocurre todo esto? Porque estamos utilizando el sistema global integral en reversa – deseando suprimirnos entre nosotros, en lugar de aprender a trabajar unidos. Seguimos tratando de derrotarnos, de rebajar a los demás para ser superiores a ellos.

Aún si quisiéramos mantener la debida interconexión, el principio comercial, «Yo te rasco la espalda, tú rascas la mía», de todas maneras hoy en día nos encaminaríamos a una crisis. Ocurriría aunque no nos mintiéramos y manejáramos el comercio honestamente. El motivo es que ahora todos estamos interconectados, como partes de un cuerpo. Bajo estas condiciones es inútil ser egoístamente honesto, igual que es inútil crear un gobierno global o un banco mundial, buscar un regulador en común.

Los líderes políticos y económicos mundiales desean organizar una reunión conjunta entre los G20 (los jefes de los países líderes) para discutir un gobierno global conjunto. Sin embargo, esto no nos va a ayudar a salir de la crisis, porque estamos en oposición a la Naturaleza y Su ley general. El sistema no se debe basar en la interconexión correcta, en acuerdos y honestidad, sino que debe operar conforme a la conexión interior entre los elementos de un sistema único, en cuya base se funda la consideración a los demás como si fuera uno mismo.

Esta es la raíz del problema. La Cabalá advierte a la humanidad que si continuamos intentando construir nuestras relaciones conforme a las leyes corporales egoístas, aún las más directas y honestas, siguiendo el principio de «lo que es tuyo es tuyo y lo que es mío es mío», entonces el sistema no va a funcionar y vamos a producir una explosión aún mayor.

Al empezar a revelar que todos somos parte de un sistema único global, debemos llegar a la conclusión que todo es colectivo y todos deben preocuparse por los demás. Las únicas cosas que son «personales» son las que son necesarias para nuestra existencia, mientras que todo el resto es la propiedad colectiva del resto del mundo. Pertenece a los recursos naturales, los bienes y la producción, la educación, los cuidados de salud, etc. Todo debe ser colectivo, propiedad global. De otra manera, las crisis no se detendrán y no importa que tanto tratemos de arreglar las cosas según nuestra lógica egoísta, continuaremos experimentando una crisis tras otra.

La Cabalá nos advierte que la naturaleza nos ha elevado ya, en términos de nuestro desarrollo, al nivel de un sistema integral único, que sigue la ley de interconexión absoluta de todas sus partes. Nadie puede escapar a esta ley. Esencialmente, este es el antiguo principio bíblico de «Ama a tu prójimo como a ti mismo». Y debemos utilizar nuestro ego para establecer la conexión correcta con los demás.
Aun si creamos un sistema racional de interacción entre los diferentes países, conforme al principio egoísta de «lo que es mío es mío y lo que es tuyo es tuyo», entonces este atributo de Sodoma nos va a llevar a una crisis aún mayor. Es porque al hacerlo vamos a buscar utilizar la interconexión entre las personas para elevar el uso del egoísmo aún más, en lugar de corregirlo. En este escenario surgirá una crisis que reflejará esta seudo corrección, con el fin de exponer el error. Y será más fuerte y aguda para mostrarnos lo que no se debe hacer.

¿Qué nos sugiere la Cabalá? Tomar en cuenta la estructura futura, el funcionamiento de un sistema integral como un cuerpo, por el principio de «el final de una acción se encuentra en el pensamiento inicial», y actualizar este estado final de la mejor manera posible ahora mismo, aunque lo realicemos en forma fragmentaria y gradual.

¿»Actualizarlo ahora mismo» significa «Distribución justa»? No. Sin embargo, aún si inicialmente aceptamos la distribución de «lo que es mío es mío y lo que es tuyo es tuyo», y al mismo tempo empezamos intensamente a enseñar a toda la humanidad las leyes de coexistencia, que se basan en el descubrimiento de nuestra sociedad como un organismo único; si enseñamos a las personas las leyes del comportamiento y distribución, entonces ya nos encontraríamos en el camino correcto. Estaríamos virando hacia el camino de la corrección y no seríamos opuestos a la naturaleza. Experimentaríamos una reducción inmediata del sufrimiento.

Baal HaSulam
tiene una parábola que dice: Hemos perdido nuestro camino en el desierto y no sabemos hacia donde dirigirnos. Ahora que hemos perdido totalmente nuestra fuerza, nos damos cuenta que es imposible dejar de deambular por el desierto. Y ahora estamos revelando el camino que debemos tomar. Al final del camino está un castillo pleno con las bondades del mundo. Estamos desesperados, listos para sumirnos en la depresión y en las drogas. De pronto, en esta situación, recibimos de las personas que pueden observar todo desde arriba un sistema de posicionamiento global (un mapa GPS o un navegador GPS). Si una persona está dispuesta y cambia su actitud hacia el mundo, entonces descubre que todo el mundo fue creado para este camino y de pronto tendrá toda la fuerza para alcanzar la meta.

¿Cómo podemos implementar este cambio? Podemos hacerlo revelando la meta y el método para alcanzarla. El método nos llega de la antigua Babilonia, cuando este problema de la civilización salió a la luz por primera vez: una civilización cerrada es como un cuerpo único y debe funcionar como un solo organismo. Fue también entonces que la Cabalá fue revelada, con el fin de cambiar el manejo de nuestro egoísmo, usarlo para el beneficio de la sociedad. Sin embargo, las personas no quisieron utilizar la Cabalá y resolvieron el problema de otra forma, se dispersaron por toda la tierra y la globalización retrocedió.

Ahora nos enfrentamos a la misma situación, pero en esta ocasión debemos utilizarla porque ya no podemos huir de los demás, igual como no podemos destruir la interconexión entre nosotros. Si los Estados Unidos, Rusia y Europa deciden asilarse, van a enfrentar el surgimiento del nazismo en sus países y van a conducir al mundo a una tercera guerra mundial que esta vez será nuclear.

¿Cuál es la solución más práctica que podemos ofrecer a la gente? Tienen que conocer el mundo en el que viven hoy en día. En estos tiempos debemos aprender cómo vivir en un sistema integral, en donde todos nosotros estamos juntos «en el mismo barco». Y en este barco, la salvación de todos depende de cada individuo. Esto es lo que debemos enseñar a nuestros hijos. Estamos tratando con la naturaleza: una ecología global y una sociedad global. Debemos aprender nosotros y enseñar a nuestros hijos cómo incorporarnos a este sistema en el que cada persona debe preocuparse por los otros.

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