Pregunta: Muchas mujeres de toda Europa vinieron a la convención. ¿Podría ser que ellas no nos empujen a actuar con fuerza y activamente a nosotros los hombres?
Respuesta: No deberían esperar a que los demás hagan su trabajo. Por supuesto, nosotros tenemos que apoyar a las mujeres y permitirles que presionen a los hombres pero ustedes no deberían sentarte ociosamente y esperar: ¿Cuándo nos presionarán ellas? No es lo mismo que si estuvieran en casa con sus esposas, donde ustedes no se mueven a menos que ellas «los maten» con su persistencia.
Aquí es diferente; aquí nosotros tenemos que conceder. Ellas los empujan para que cumplan la meta de la vida y ustedes deberían ayudarlas en eso y escucharlas. Pero no piensen que sólo responsabilidad de ellas; también es preocupación de ustedes.
La preocupación de las mujeres no es sólo empujar a los hombres, ellas también están ocupadas con su trabajo espiritual. Nosotros no lo vemos, no lo sentimos porque ellas lo hacen silenciosamente, un poco sumisamente. Pero si nos fijamos en su nivel de conocimiento, de progreso y de lealtad, las mujeres están en un nivel que no es inferior al de los hombres y muchas mujeres están mucho más cercanas al alcance que la mayoría de los hombres.
No se dejen engañar por el hecho de que ellas son aparentemente tranquilas y por consiguiente no muy especiales. Ellas tienen un gran conocimiento y grandes fuerzas. Si les das a ellas una oportunidad de ser un poco más activas, ustedes verán de qué son capaces.
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De la Convención europea en Alemania del 3/22/13, Lección 3
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