De una semilla seca a un árbol que produce frutos

Una persona pasa por diferentes etapas en su desarrollo espiritual. Al principio, mientras está en el nivel inanimado, una persona no es capaz de una acción independiente, no entiende dónde está; por lo tanto, él se incluye en el grupo y este comienza a afectar su desarrollo.

Pasan algunos años hasta que una persona cae en cuenta de que se requiere de su involucramiento activo. Hay un trabajo para él y necesita estar activo. Él siempre tiene que clarificar hacia qué dirección se dirige. De ese momento en adelante, él avanza del nivel inanimado al nivel vegetativo. Comienza a crecer como resultado de cuidar de sí mismo, conectándose con otros, siguiendo el consejo del maestro, y poniendo mucha atención al camino en el que está,

Él se somete a la influencia del entorno porque se da cuenta de que un grupo no es sólo una reunión de personas sino que posee una fuerza interna única, la cual necesita para desarrollarse.  Él se convierte en una “planta” y el grupo se vuelve su “suelo” del cual obtiene la fuerza para desarrollarse e incluirse más en el grupo. Se da cuenta que sólo un árbol adulto puede producir frutos y que un árbol puede crecer sólo si una persona se incluye a sí misma en el grupo.

Al ir creciendo, él desea recibir los frutos, que son la conexión, el amor, y la revelación de la fuerza de otorgamiento mutuo, donde el Creador es revelado. Por el momento todo esto es en el nivel vegetativo.

Después está el nivel animado. Este es cuando una persona puede influir en las cosas y se hace cargo parcialmente de cuidar de la conexión entre todos. Ya no es un “árbol” que está pegado al suelo y que es pasivo en relación a quien cuida de él.

El nivel humano dentro de un humano es cuando uno cuida del árbol. Pero el nivel animado dentro de un humano es más que un árbol porque también se esfuerza por crecer y participar en el sistema entero. Una persona ve los defectos generales y trata de arreglarlos. No sólo ve cómo corregirse e incluirse pasivamente en el sistema, sino que además ve cómo ayudar a otros; mediante esto, entra en la conexiones y correcciones generales. Esto puede ser atribuido al nivel animal.

El nivel humano es donde uno se adhiere al Creador como un resultado de sus acciones. Entonces resulta que la base para nuestro desarrollo está en cuidar del “árbol.”

Ante todo es suficiente dividir tu vida en corporal y espiritual. Debes darle a lo corporal lo que es necesario, ni más ni menos, y dar el resto a tu trabajo espiritual sin ninguna limitación.
(6991 ]De la primera parte de la Lección diaria de Cabalá 8/2/12, Escritos de Rabash)

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