Debemos preparar bien la difusión al pueblo.
Espero que en un futuro próximo, veamos grandes cambios en la gente. El individuo será más independiente de sí mismo y podrá escuchar que tiene un propósito real que la religión llama «amar al prójimo».
En realidad, eso es lo que debería ser y no solo seguir rituales inertes. No estoy en contra de ellos, porque retienen a la gente, pero al mismo tiempo la alejan. No debería ser así.
Los rituales juntan a la gente en un marco que, por miles de años la han formado y apoyado. Todos en nuestro mundo los tienen y es imposible no tenerlos porque así el ego tiene la satisfacción de ser como el animal en el establo.
Pero cuando la gente renace, la dirección superior, el Creador, le muestra que debemos comportarnos de otra forma. Además, se muestra claramente en los problemas que hay desde el comienzo del siglo XX: el Holocausto, la formación del estado judío, la oportunidad de organizarnos de forma diferente, de comenzar realmente a construir un tercer templo en el corazón y comprometernos en la corrección del mundo, eso es lo que miles de millones, inconscientemente, esperan de nosotros.
Tenemos que ser abiertos. No tenemos nada que ocultar. A lo largo de los años de vida de Bnei Baruj, desde los años 90 hasta nuestros días, hemos creado un enorme espacio de comunicación: libros, vídeos y audios en todos los idiomas. Por favor, ven y tómalo, todas nuestras fuentes están abiertas. Solo tienes que entrar y trabajar con ellas.
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