Una vez, en la noche de Sabbath, el Ari les dijo a sus alumnos, «Vayamos a Jerusalén. Yo sé dónde están escondidas las cenizas de la vaca roja. Vertámoslas sobre nosotros y purifiquémonos del mal, y construyamos un Templo puesto que yo veo que es la hora del final del exilio».
Uno dice: «¿Cómo podemos llegar a Jerusalén si está a más de 30 parsaot?» Los otros agregaron, «estamos listos para irnos, pero, primero queremos notificar a nuestras esposas para que no se preocupen por nosotros».
Entonces, el Rav exclamo, «desde el tiempo de Rashbi (el autor del Libro del Zóhar) hasta hoy, no hubo ningún otro tiempo apropiado para corregir (del egoísmo) al mundo, pero ¡perdimos la oportunidad!
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