La sabiduría de la Cabalá, explica las esferas que aún no experimentamos en nuestras sensaciones. Nos dice por adelantado, a dónde tenemos que llegar. Cuánto mayor sea la fuerza que se adquiere para otorgar y amar a los demás, más alta es la esfera a la que se asciende y más grande la experiencia del estado eterno, infinito y perfecto que reconforta.
La Cabalá explica cómo está organizado el sistema del universo. En principio se organiza de manera muy simple, sobre la combinación de solo dos fuerzas, recepción y otorgamiento. Pero dado que este sistema está oculto para cada individuo, que tampoco reconoce que tiene determinada fuerza de otorgamiento o de recepción, no las contacta y no trabaja con ellas, entonces se complica.
Para el individuo, esto es pura especulación; pero si se toma la psicología, también nos comienza a explicar tales cosas. En principio nos explica sobre nosotros, pero no lo reconocemos en nosotros mismos y por eso, todo nos parece muy complicado.
La Cabalá es la ciencia más cercana a nosotros. Habla de nuestra alma. ¿Qué podría estar más cerca? El cuerpo humano es una pieza de carne, algo pasajero. Se le pueden trasplantar órganos, de una persona a otra y hacer cualquier cosa que se desee con él.
Sin embargo, el alma me pertenece constantemente, por siempre. Me identifico con ella y yo soy el alma, no el cuerpo. Todo se puede cambiar en el cuerpo, se le puede reemplazar cualquier cosa, excepto el alma.
Sólo cuando nos conectamos con otros: ¿Dónde están localizados nuestros deseos y pensamientos?
