Tomamos mucho tiempo para empezar a ver con claridad y descubrir que si puedes reunir todas las fuerzas que están contenidas en los amigos y unirlas a ti, esta será tu vasija espiritual, el órgano de la sensación espiritual con el que sentirás y entenderás la esencia de la vida que está por encima del cuerpo físico y que existe en el interior del alma. Entonces la persona comprenderá el principio de «ama a tu amigo como a ti mismo», dirigida exclusivamente a esta meta superior. Se dará cuenta de que sus amigos con sus deseos y aspiraciones por la espiritualidad, por alcanzar el mismo propósito de la creación, en esencia, son parte de su propia alma.
Todos sienten que las aspiraciones de su amigo por la meta espiritual, son los órganos de su cuerpo espiritual. Es por eso que él entiende que el amor de los amigos es una conexión con sus aspiraciones espirituales, de la cual cada uno de nosotros forma las vasijas de su alma.
Cuando todos alcanzan «el amor de los amigos», recogen el deseo de todos para adquirir la meta, él revela su propia alma, nosotros unimos todas estas almas. Por lo tanto, surge una relación de fidelidad mutua que da a cada uno lo del otro, lo del segundo, lo del tercero. Después de todo, ¡todos estamos incluido en todo el resto!
Existe una diferencia entre la salida de mi punto de vista original del cual comencé, la raíz de mi alma, y el resto del deseo recibido de los amigos. Pero tanto el primero y el segundo son las fuerzas de mi alma. Lo mismo se aplica a otros amigos: Todos tienen las mismas fuerzas. La única diferencia es que cada uno se relaciona con el resto desde la posición de su raíz, de su punto de partida.
Resulta que tenemos un recipiente común (deseo), una red que nos conecta, con la que adquirimos la meta deseada: el amor de los amigos que nos conecta a todos juntos. De esta manera revelamos conexiones mutuas, una aspiración llamada otorgamiento mutuo, y fuerza general llamada el Creador. Esta es la esencia de nuestra vida y el propósito de la creación.
(58913 – De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 10/27/2011, Escritos de Rabash)