Pregunta:
Existe un fenómeno cuando una persona, por ejemplo, un actor, sube al escenario y trabaja con el público del que no puede vivir sin él, lo ansía. Y cuando se encuentra individualmente con sus fans, los trata despectivamente. ¿Por qué?
Respuesta:
Esto sucede porque, en general, no le gusta la gente. Le gusta la masa, su siguiente nivel, cuando están conectados entre sí. Por lo tanto, su actitud se manifiesta de forma egoísta o altruista.
El artista adora a una masa de gente porque le alaban y se llena de energía. Conocemos a actores que son como un «ratoncito» en la vida cotidiana. Pero de repente sube al escenario y ya es Hamlet o el Moro. Y en la vida ordinaria nadie ni nada.
Pero vive en el escenario porque allí se transforma en otro personaje.
¿Has sido príncipe alguna vez en tu vida? No. ¡Pero él sí! Trabaja como príncipe dos o tres horas cada noche. Significa mucho. Y, por supuesto, para ello ama a la masa que se sienta frente a él. No le gustan las personas individualmente porque no le dan la oportunidad de permanecer en la imagen de un príncipe. Se trata de un enfoque puramente egoísta.
Y hay un enfoque altruista cuando frente al artista hay una masa de gente que quiere unirse de alguna manera, entonces esto es, por supuesto, un campo de actividad para él. O la auto gratificación o el disfrute general. O se eleva egoístamente a sí mismo, o eleva a la masa uniéndola, elevándola.
El público se eleva a un nivel superior gracias al poder que él le otorga; elevarse significa acercarse a la luz, al sol, como suele decirse. En ese momento, una luz benéfica les ilumina.
Y luego descienden, pero este efecto permanece en ellos. Y así, una y otra vez, comienzan a sentir algún tipo de oportunidad para elevarse en sí mismos.
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