La Torá, Números, 20:2 – 20:6: No había agua para la congregación; y se juntaron contra Moisés y Aarón. Y el pueblo habló con Moisés diciendo: ‘¡Ojalá hubiéramos perecido cuando nuestros hermanos murieron delante del Señor!
¿Por qué trajiste a la congregación del Señor a este desierto a morir, nosotros y nuestro ganado? Y ¿por qué nos has hecho salir de Egipto, para traernos a este mal lugar? No es lugar de simiente ni de higueras ni de viñas ni de granadas; tampoco hay agua para beber’ Y Moisés y Aarón fueron de la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión y se postraron sobre sus rostros; y la gloria del Señor apareció sobre ellos.
Tierra simboliza la nación y el agua; es el atributo de Bina, la fuerza de la reactivación sin la cual la tierra es polvo y cenizas.
Una vez más, la gente comenzó a quejarse y murmurar porque no tenían el atributo de otorgamiento ni la fuente de donde pudieran recibir la fuerza que los reviviría.
El pueblo exigía agua (otorgamiento), pero, de dónde podría venir el agua si ellos no la alcanzan por sí mismos. El despertar espiritual tiene lugar sólo bajo la influencia del atributo de Bina.
Esta es la razón por la que los hijos de Israel recuerdan Egipto, porque allí podían, al menos, trabajar con el fin de recibir para sí mismos. Aquí, por el contrario, tienen que recibir con la intención de otorgar, lo que significa que no les queda nada. Y es una muerte seca.
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De Kabtv «Secretos del Libro Eterno» 24/jun/15
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