Comentario:
Tiene alumnos de mucho tiempo que solían ser irascibles e insolentes y luego cambiaron, se volvieron más pacientes.
Mi respuesta:
El carácter no tiene nada que ver con la espiritualidad.
El alma no tiene edad, siempre es joven. Si se actualiza constantemente, entonces la persona es un niño hasta el último minuto. Se maravilla ante el mundo y lo mira todo con los ojos muy abiertos, porque para él el mundo es siempre nuevo.
A veces miras a las personas: pesadas, llenas de todo tipo de información. Sabes que estás mirando a una persona vacía, ¡no hay nada en ella!.Si no se libera cada minuto y no siente el mundo como nuevo en sus cualidades renovadoras, entonces está muerto, no hay nada que aprender de él, no hay nada que preguntarle. Solo pretende ser importante, porque ha absorbido conocimiento muerto y tiene miedo de derramarlo.
Comentario:
Ocurre que al principio algunos de los alumnos están llenos de críticas, y cuando pasan por ciertos estados, se vuelven más tolerantes y comprensivos.
Mi respuesta:
Sí, no es necesario hacer una revolución. Tenemos que averiguar cuál es el problema y adaptarnos a él.
El problema es que en la espiritualidad no hay que corregir a alguien, sino a uno mismo. En la espiritualidad, uno debe esforzarse no por revelar algo o por recibir algo, sino por asegurarse de que tengo el deseo de recibir, ¡el deseo de revelar! Entonces la espiritualidad se manifestará en mí.
Básicamente, estoy en un océano de placer y conocimiento infinitos. En la medida en que desee esto, me sentiré realizado. Por lo tanto, tenemos que trabajar no para estar satisfechos, sino para querer estar satisfechos.
Este es un problema psicológico muy serio, no muy claro para la gente de nuestro mundo, porque este es un mundo diferente.
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