Recibí dos preguntas sobre como manejar las ideas e impresiones erróneas que vamos adquiriendo en la vida
Pregunta: Cuando la gente empieza a estudiar Cabalá, a menudo trae consigo su bagaje de ideas equivocadas y se puede perder en los conceptos auténticos. ¿Cuál es la manera más rápida y eficaz de poner orden en esta confusión?
Mi respuesta: Debemos aceptar al estudiante tal como él es. Lo único que afecta el progreso espiritual es la inspiración que recibe del ambiente en que se encuentra, y que entonces se orienta hacia el Creador. Además, no comprendemos el valor que contienen los métodos falsos, según la ley, «la corteza protege al fruto». Esto se nos revelará más adelante.
Llegamos a la Cabalá con una carga enorme de conceptos erróneos y estereotipos que recibimos durante la infancia y en el transcurso de nuestras vidas. Todo lo que escuchamos en la niñez forma el fundamento de los «hechos» que existen en nosotros. Estos «hechos» guían a la persona y no tiene manera de superarlos. El individuo no podrá experimentar el mundo Superior hasta que logre adquirir nuevas cualidades, que actúen en su interior con la misma fuerza que estas «consignas y hechos» que él ingenuamente escuchó y creyó de niño. Pero es incapaz, por su cuenta, de librarse de los antiguos conceptos, pues es necesario reemplazarlos por nuevos, y eso sólo puede hacerlo la Luz que desciende del siguiente grado de alcance.
Pregunta: ¿En qué medida nos limita todo lo que aprendimos de niños?
Mi respuesta: La persona se queda sorprendida ante la increíble cantidad de estereotipos totalmente infundados que tiene cuando recibe el poder espiritual de otorgamiento, se eleva por encima de la corporalidad y empieza a ver su yo corporal desde un lado. Se trata de cosas que alguna vez él adoptó de buena fe. Ingresaron en su mente infantil y dejaron una marca indeleble que no podía manejar.
Por esta razón cualquiera puede venir y estudiar. Y solamente con el transcurrir del tiempo, gradualmente, esto es, bajo la influencia del material que estudia, se va a librar de las creencias y estereotipos falsos. Los conceptos que haya adquirido más tarde en la vida son más sencillos de abandonar: son aquellas cosas que absorbió en su infancia que son las más problemáticas. Sin embargo, paso a paso, el hombre se libera de esta «corteza» hasta que empieza a utilizar el fruto espiritual cuando ha madurado verdaderamente.
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