La sociedad en la que vivimos nos domina egoístamente; establece todo tipo de estándares para nosotros: vestirnos así, peinarnos así, lucir así, ser altos, delgados y no gordos, ni bajos, etc.
Esto fue creado a propósito para mostrar nuestro egoísmo. Resulta que la gente existe en una variedad de influencias negativas externas. Este estado se llama Galut (exilio), cuando nuestras cualidades de otorgamiento y amor están exiliadas de lo espiritual y bajo el poder de valores, evaluaciones y actitudes egoístas.
Todos nuestros esfuerzos deben estar dirigidos a reemplazar estas actitudes sociales egoístas por espirituales, y ver el mundo interior en las personas, no su exterior y evaluar por sus pensamientos, no por lo agradable y bueno que es para mí. Este es un trabajo constante sobre nosotros mismos.
Aquí la Cabalá pone a una persona en condiciones muy estrictas donde uno debe involucrarse constantemente en la introspección y comprender que una máquina egoísta pública está trabajando en él proporcionándole sus actitudes y estándares egoístas cada minuto: “Debes hacer esto, mira a la gente en este evaluarlos de acuerdo con tal o cual criterio”.
Y una persona debe resistir constantemente esto. Entonces verá en la sociedad que lo rodea, en la máquina egoísta que actúa sobre él, la mano guía del Creador, que así lo educa y lo conduce a un estado de amor absoluto por todos.
En este caso, el mundo se convierte en la arena, el lugar donde nos unimos con el Creador en nuestro mutuo amor por él. De hecho, este mundo desaparece, no existe. Es como un lugar donde simplemente nos conectamos el Creador y yo.
Se me revela que el mundo entero fue creado solo para esto. Toda esta fanfarronería, mucha gente y todo lo que les sucede, su influencia sobre mí y mi influencia sobre ellos, son necesarios para resolver mi relación con el Creador.
Interesante artículo The Huffington Post: “Acerca del consumismo, del terror y de la naturaleza humana”
