El Método Para Manejar El Futuro

En las noticias (del New York Times): «Los politólogos están a la defensiva en estos días porque en mayo el gobierno pasó una enmienda para una propuesta de eliminar los fondos de la Fundación Nacional para la Ciencia para politólogos. Muy pronto el senado podría votar una legislación similar. Mis colegas, sobre todo aquellos que han recibido fondos del FNC me aborrecerán por decir esto, pero esta vez simpatizo con los republicanos anti intelectuales que están detrás de esta enmienda ¿Por qué? La propuesta incitó una conversación nacional acerca de un asunto que me ha causado problemas por décadas: el gobierno, de forma desproporcionada,  apoya una investigación que está abierta al análisis y modelos estadísticos aun cuando todos saben que las limpias ecuaciones, enmascaran realidades caóticas que las listas de datos ajustadas y las suposiciones no capturan, y no pueden capturar».

«Es un secreto a voces en mi disciplina: en términos de predicciones políticas precisas (la piedra angular de lo que cuenta como una ciencia), mis colegas han fracasado espectacularmente y han malgastado colosales sumas de tiempo y dinero. El ejemplo más obvio podría ser la insistencia de los politólogos, durante la guerra fría, de que la Unión Soviética persistiría como una amenaza nuclear para los Estados Unidos, en 1993, en la revista nacional de seguridad, por ejemplo, el historiador de la guerra fría John Lewis Gaddis escribió que el deceso de la Unión Soviética ‘era de tal importancia que ninguna aproximación al estudio de las relaciones internacionales que se preciara de tener una visión a futuro y de ser completa, podría fallar en verla venir’, y aun así, hizo notar, nadie en realidad lo predijo».

«Desafortunadamente, muy poco ha cambiado. ¿Algún prominente investigador patrocinado por la FNC predijo que una organización como Al Qaeda cambiaría la política interna y global al menos por una generación? No. ¿O que la primavera árabe derrocaría líderes en Egipto, Libia y Túnez? Una vez más: no».

«El psicólogo político Phillip E. Tetlock comenzó a interrogar sistemáticamente a 284 expertos en política. Muchos de los cuales eran doctores en ciencias políticas, en docenas de preguntas básicas, tales como: si un país iría a la guerra, dejaría la OTAN o cambiaría sus fronteras o un líder político seguiría en funciones. Su libro: «El juicio político de los expertos: ¿qué tan bueno es? ¿cómo podemos saberlo?» gano el premio de la A.P.S.A al mejor libro publicado acerca de política gubernamental y asuntos internacionales».

«¿Cuál fue el principal hallazgo del profesor Tetlock? Varios chimpancés disparando dardos al azar hacia los posibles resultados lo hubieran hecho casi tan bien como los expertos».

«Esos resultados no sorprenderían al gurú del método científico, Karl Popper, cuyo libro de 1934 «La lógica del descubrimiento científico», sigue siendo la piedra angular del método científico. Aun así, el Sr. Popper mismo ridiculizó las pretensiones de las ciencias sociales: «Las profecías a largo plazo pueden ser derivadas de predicciones científicas condicionales sólo si se aplican a sistemas que pueden ser descritos como aislados, estacionarios, y recurrentes. Esos sistemas son muy raros en la naturaleza; y la sociedad moderna no es uno de esos sistemas».

Mi comentario: Realmente, nuestro tiempo es un tiempo de entendimiento, aunque, desafortunadamente, de entendimiento gradual y a menudo atrasado. Aún resta el darnos cuenta de la más grande falacia, «el futuro es enteramente predecible si sabemos cómo construirlo».

La humanidad está dentro de un entorno llamado «Naturaleza». Tanto la humanidad como la Naturaleza son sistemas que tienen sus propias leyes de comportamiento y desarrollo. Su influencia mutua puede y debe ser estudiada, y lo más importante, ser cambiada al cambiar a la humanidad.

Esto es posible al introducir los métodos de «educación integral«. Incluso la aplicación limitada de este método producirá una clara respuesta positiva, tanto en la sociedad como en la Naturaleza circundante, y así se volverá un ejemplo distintivo y prueba de que el «método de manejo del futuro» es correcto y efectivo.
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