No diga a sus hijos lo que tienen que hacer: haga que quieran hacerlo.
En realidad, el principio básico de la educación correcta es muy sencillo: los padres no deben decirle a un niño lo que tiene que hacer, sino solo cómo hacerlo, si el niño se lo pide.
¿Y qué ocurre hasta entonces? Los padres deben usar su ingenio para encontrar formas alternativas de despertar en el niño el deseo de hacer lo que hay que hacer. De este modo, el deseo de hacerlo será propio del niño. Esta es la educación correcta.
Está escrito que debemos «educar al joven según su camino». Esto significa que no solamente los padres, sino también el niño, deben ver claramente hacia dónde se dirigen, y deben desearlo. Entonces aceptará la educación, la exigirá.
Los padres que presionan a sus hijos, que intentan enseñarles a la fuerza determinada información o hábitos, crían una generación rota.
La sabiduría de la Cabalá, en cambio, está en contra de cualquier tipo de violencia o presión. «No hay coacción en la espiritualidad». No hay coacción significa que todo existe y se hace únicamente por propia voluntad. Lo que los padres tienen que hacer es despertar esa voluntad.
Nuestro problema es que nadie lo hace y todo el sistema educativo está equivocado. De ahí que nuestra tarea sea ayudar a los padres a entender este principio de los cabalistas: todo surge del libre albedrío de la persona y lo único que tenemos que hacer es ayudar a su libre desarrollo.
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