«El pueblo estuvo todo aquel día”

Torá, Números 11:32 – 11:34: El pueblo estuvo todo aquel día, toda aquella noche y todo el día siguiente recogiendo codornices. el que menos recogió, recogió diez jomers, las dispersaron en capas alrededor del campamento. La carne aún estaba entre sus dientes, todavía no la habían ingerido, cuando el Señor se enojó contra el pueblo. El Señor castigó al pueblo con una epidemia muy dura. Aquel lugar fue llamado Kivrot Hataavá (sepultura de la codicia) pues allí sepultaron al codicioso pueblo.

Todos murieron excepto los que no tocaron esta ración del cielo. No se habla de gente sino de deseos en cada persona.

Todos los deseos egoístas -los que cazan estos dones-, son castigados al instante en el desierto. Ahí está su corrección: mueren.

Se trata de alguien que avanza en su desarrollo espiritual y ve que todo lo que pide puede ser satisfecho, pero implicará su muerte espiritual.

Pregunta: ¿Qué son ‘codornices’?

Respuesta: Todo lo que en nuestro mundo resulta de la influencia en el deseo, de cierta Luz y el deseo se formado por su influencia. La Luz genera deseos, que después se revelan como muertos y eso se llama, este mundo.

Pregunta: En principio, ¿se suprimen todos los deseos que impiden avanzar?

Respuesta: En este grado, sí. Pero luego surgen de nuevo y son corregidos. Nada permanece en el estado egoísta.

Muerto significa que no es adecuado para usarse ahora. El siguiente momento, en el siguiente grado, todo se restablece y se corrige. Así como morimos en este mundo, en nuestra comprensión, en nuestra visión de lo que nos sucede y luego, renacemos.
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De Kabtv «Secretos del Libro Eterno» 25/mar/15

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