En busca de la verdad

Esto es similar a lo que está escrito en la «Introducción al Panim Masbirot» (Tema 16): Debemos conocer a fondo los dos tipos de escrutinio que se aplican en nosotros: El primer escrutinio se llama «escrutinio de lo bueno y lo malo», y el segundo escrutinio se llama «escrutinio de lo verdadero y lo falso». 

 

El primer escrutinio es una fuerza física activa, que actúa a través de la sensación de lo amargo y lo dulce. Detesta y rechaza la forma de lo amargo porque se siente mal, y ama y atrae la forma de lo dulce porque se siente bien. 

 

Además de ellos existe la especie humana, en la cual el Creador ha impreso un poder activo intelectual, que trabaja en el segundo escrutinio: rechaza la falsedad y la vanidad por aborrecimiento hasta el punto de la náusea, y atrae los asuntos verdaderos y cualquier beneficio con gran amor. Este escrutinio se llama «el escrutinio de lo verdadero y lo falso». Esto sólo se aplica a la especie humana, cada uno según su medida. 

 

Has de saber que esta segunda fuerza activa fue creada y llegó al hombre a causa de la serpiente. Por la creación, él sólo tenía la primera fuerza activa de los escrutinios de lo bueno y lo malo, que era suficiente para servirle en ese momento (Rabash, «¿Qué es un pecado grande o pequeño en el trabajo?»).

Pregunta:

¿Cómo nos ayuda nuestro egoísmo a reconocerlos cada vez?

Respuesta:

El egoísmo nos muestra dónde estamos y adónde queremos ir. Caemos de este nivel y nos encontramos en el egoísmo. Así, obtenemos dos marcas: la más alta y la más baja. Así, ya podemos navegar cómo ascender a través del otorgamiento y cómo descender a través de la recepción. 

 

Para utilizar el egoísmo como trampolín para determinar la verdad y la mentira y continuar siguiendo al Creador y no al ego, unes tus egoísmos en los diez y te elevas por encima del ego común. 

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