Entramos en el 2023 con un sentimiento de completa incertidumbre sobre el futuro

El año 2022 estuvo marcado por eventos difíciles: guerra, cambio climático, manifestaciones de protesta en todo el mundo y mucho más.

El 2022 fue difícil para la humanidad y entramos en el 2023 con un sentimiento de completa incertidumbre sobre el futuro. Está claro que nos enfrentamos a un período muy difícil acompañado de una alta inflación y disturbios en diferentes países.

La gente no quiere entenderse entre sí; los países no pueden hacer la paz y detener las guerras. Hay muchos problemas: cambio climático, epidemias, incendios, cortes de agua y electricidad. La humanidad no se comporta correctamente, cada año nuestra vida se desmorona más y más. Y en este nuevo año 2023 tendremos que darnos cuenta de esto.

Desafortunadamente, la humanidad no ha aprendido ninguna lección del año pasado; no ha hecho ningún intento de mejorar y cambiar, continúa navegando con el flujo de la vida hacia dónde le lleva esta corriente.

Veo el futuro de la humanidad con mucho escepticismo porque no tenemos la inteligencia suficiente para trabajar nuestros errores, como en la escuela que trabajamos los errores para no volver a repetirlos. Hay preocupación sobre cómo vamos a avanzar. Todos vemos al futuro con gran incertidumbre y no sabemos qué hacer con nuestra vida y cómo resistir a nuestro egoísmo.

No está claro dónde colocar los desechos radiactivos de las centrales nucleares y de las armas, de las bombas nucleares. El problema ha crecido tanto que ya está fuera de nuestro control. Quién sabe cómo podrá terminar.

Vemos que dos países, Rusia y Ucrania, están librando una guerra que no tiene fin a la vista. La confrontación se intensifica; lo último que queda es que se convierta en una guerra nuclear. China exige ampliar su zona de influencia en el mundo y los conflictos crecen en otros países. No veo un buen futuro para el mundo por delante.

Parece que tendremos que pasar por la realización del mal de nuestra naturaleza y responder por todos los errores cometidos en el pasado y los que estamos cometiendo hoy. Y después de eso, podemos tener la esperanza de llegar a una buena vida.

¡Y lo que nos falta es el corazón! Lamentablemente no tenemos una actitud cordial entre nosotros, no podemos sentir el dolor de la gente, no podemos unirnos para ayudarnos unos a otros. Quemamos y destruimos los recursos naturales, destruimos el mundo y al mismo tiempo, no podemos tener una buena vida.

Para arreglar todo, necesitamos cambiar y no queremos aprender esto, ni siquiera creemos que esto sea posible. Todavía no hemos llegado a la realización del mal y no sabemos cuál es la verdadera causa de una crisis tan amplia en todo el mundo. El verdadero enemigo del hombre es su egoísmo. Y aunque a veces lo admitamos, no sabemos resistir a él.

Nos falta un reconocimiento genuino del mal.

Necesitamos repensar nuestro pasado y sacar las conclusiones correctas para el futuro. Ya todos entienden que al continuar en el viejo camino, nos estamos enterando. No tenemos ni mente ni corazón, nuestra única adquisición es un arma con la que podemos destruir el globo entero. Y con todo esto, no somos capaces de detenernos y tomar un nuevo camino.

Incluso el gobierno superior no puede decir exactamente cuál será nuestro futuro porque a la gente se le da libertad de elección. La humanidad puede determinar por sí misma la forma en que quiere avanzar. Ser bueno o malo depende de nuestra elección, tanto hoy como mañana.

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