La decena es el estado donde comienzas a sentir que tienes que estar conectado con todos, necesitas salir de ti mismo y unirte con todos.
Las personas forman una relación común entre ellas, un cuerpo común que es una pequeña célula separada en el espacio espiritual. Cada uno tiene que anularse en relación con los demás e imaginarse conectado con los demás; al final crean este órgano porque no hay una sola persona en el mundo espiritual.
La derivada de nuestras conexiones se manifiesta en el siguiente nivel. Digamos que si tomamos tú y yo, entonces en el nivel espiritual existe lo que se ha manifestado entre nosotros como una conexión, nuestro común «nosotros». Y en el siguiente nivel, más alto, está nuestro “nosotros” y el “nosotros” de otra persona también interconectados.
Y así estamos constantemente ascendiendo de jerarquía en jerarquía en una forma más complicada, aumentando nuestra conexión al cuadrado.
Hay un sistema especial de magnificación, una serie compleja de elevación de la conexión entre todos y es cualitativa, por ejemplo, desde el nivel de Hod hasta el nivel de Nétzaj, luego hasta el nivel de Tiferet, Guevurá, Jesed, etc. Es decir, no solo hay cambios cuantitativos, sino cualitativos en la conexión entre ellos. Entonces no podemos medirlo.
¿Cómo se mide la progresión de conexión en nuestro mundo? Digamos que te familiarizas con alguien. Así que cuando te encuentras, empiezas a saludarlo. Luego puedes decir algunas palabras e incluso sentarte junto a él, tomar una taza de café etc.
Y en lo espiritual es aún más difícil porque hay una inclusión mutua, porque en el primer nivel tú y yo nos convertimos en “nosotros”, no en “yo”. Entonces crece el egoísmo entre nosotros y nos vuelve a separar, pero cualitativamente. Como en un aparato de medición, tu sensibilidad aumenta y cuando te parece que tus parámetros coinciden, resulta que siguen desconectados y los vuelves a ajustar a la conexión, pero con mayor sensibilidad.
Y luego vuelves a cambiar la sensibilidad y una vez más ves que han divergido, pero ya, digamos, uno en mil, diez mil, un millón, etc. Ellos se mueven constantemente hacia una convergencia y una fusión cada vez mayores, cualitativas e integrales, donde todo junto en todos los niveles debe unirse en un todo.
Esta es una obra muy seria, fascinante, que atraviesa los sentimientos y a la vez la mente. Como resultado, creas un prototipo del Creador en ti mismo; es decir, esta enorme red comienza a vivir en ti y tú la posees, es tuya y te tiene dentro.
Pregunta:
¿Y si tomamos un gran número de personas, no decenas, sino miles?
Respuesta:
¿Cuál es la diferencia? Quizá la red resulte más enredada, pero también más eficaz, porque todos van hacia el acuerdo con todos y les agregan su poder de unificación. Por lo tanto, si la gente avanza, cuanto más grande sea el grupo, más efectivo será, más rápido en cada etapa terminará su unificación y estará listo para la próxima etapa, listo para el próximo ascenso cualitativo.
Mirá el video El mundo como una unidad.
