Pregunta: Usted habla abiertamente de muchas cosas. ¿No teme algún tipo de presión por parte de
las fuerzas del orden?
Respuesta: No, al contrario, cuanto más me conoce la gente, más abierto soy. Cuanto más cuento a todos y en todas partes cómo avanzar y cómo entiendo el universo, su movimiento y su propósito, más difícil es acercarse a mí, agarrarme; soy como una persona desnuda a la que es muy difícil agarrar.
Al fin y al cabo, no hablo ni de mí ni de ellos, sino de la naturaleza, del mundo y de la sociedad en la que vivimos. Aquí no hay nada que ocultar, ¡el tiempo ha cambiado!
Si antes afirmaba que se avecinaba una crisis y todo el mundo se reía de mí, luego, cuando les daba en la cabeza, dejaban de reírse.
Dije que todo estaba llegando a su fin porque existimos en un planeta cuyo territorio es limitado. No podemos desarrollarnos siempre en la forma de consumir y consumir; ¡ya hemos sacado todo de la “olla”! ¿Qué viene ahora? Nadie quiere pensar.
A la humanidad nunca se le había ocurrido semejante pensamiento, y ahora, de repente… ¿Por qué la gente se vuelve más sabia? Por el hecho de que ellos mismos ven el fondo al que han llegado. Llegamos tan al fondo que hoy las necesidades ya son un problema. ¡Y ahora habrá un problema para raspar la energía y los materiales para las necesidades de la humanidad!
Yo decía y sigo diciendo que es necesario hacer algo con las masas desempleadas de antemano; no encontrarás empleo para ellas en ningún sitio. ¿Crees que puedes destruirlas con las drogas, la desintegración familiar, etc.? No puedes hacerlo. Es un proceso muy largo y no se conseguirá nada porque se está yendo en contra de la naturaleza.
Vas contra la naturaleza, no contra la sociedad que supuestamente puedes destruir de alguna manera. No funcionará.
Pero la gente no escucha. Sin embargo, esto no significa que deba guardar silencio.
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