Zóhar para todos, «Ajarei Mot», 65: Qué bueno y qué agradable. Son los amigos que se sientan juntos, inseparablemente. Al principio, parecen gente en guerra, que desean matarse entre sí. Luego vuelven al estado de amor fraternal.
Al estudiar Cabalá y esforzarnos por unirnos en decena, comenzamos a sentir lo separados que estamos el uno del otro, lo opuestos que somos.
En ese momento, cuando intentamos conectarnos en decenas, recibimos algo por un tiempo. Pero tan pronto como alcanzamos un buen estado de conexión, hay ruptura inmediata, enfriamiento, distancia y niebla entre nosotros, hasta el punto de que no queremos mirarnos ni hablar.
Y nuevamente tenemos que trabajar para conectarnos. Pues queremos recibir ayuda del Creador, sin esta ayuda no avanzaremos, debemos estar juntos en un solo sistema.
Entonces, tenemos que trabajar en nosotros mismos nuevamente. La importancia de la meta, la importancia de alcanzar al Creador, la importancia de lograr la apertura del alma, determina nuestra aspiración mutua. En nombre de esto, comenzamos a acercarnos y nuevamente avanzamos hasta el siguiente rompimiento.
Por lo tanto, constantemente buscamos la meta: ascenso-descenso, rompimiento; subida suave, caída brusca y así, muchas veces.
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De Kabtv «Fundamentos de Cabalá», 29/dic/19
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