Si tuviera que hacer una película sobre la percepción de la realidad, en primer lugar, explicaría cómo gestionar nuestros deseos. Lo único de lo que dispone una persona es de la oportunidad de salir de su existencia natural en la que los deseos la controlan arbitrariamente.
A veces, en algún pequeño nivel, una persona puede manejarlos, por ejemplo, sigue algún tipo de dieta o quiere ir a trabajar en lugar de dormir. Pero se trata de una preferencia de unos deseos egoístas sobre otros. Este no es el tipo de manejo del que habla la Cabalá.
La Cabalá habla de manejar los deseos cuando nos elevamos por encima de su control sobre nosotros para manejarlos nosotros mismos.
Me conecto con la fuerza de la naturaleza que me lanza y actúo. Es decir, estoy por encima de mi deseo que es mi esencia, y lo manejo junto con la luz Superior. Esta misma parte de mí que se eleva por encima de mi deseo y se conecta con la luz Superior, con el Creador en mí, se llama Hombre, humano.
Aquellos que no tienen esta oportunidad y no han desarrollado la técnica de elevarse por encima de su deseo y aún viven en él, no son llamados personas desde el punto de vista de la Cabalá. Mientras tanto, son llamados “existentes en el nivel animado” porque son lanzados completamente inconscientes, incontrolables por la fuerza superior que simplemente los desarrolla de generación en generación.
