Guiados directo al Creador

Solo tenemos que dirigir correctamente nuestros corazones.  

Esto no depende de la persona misma, sino de que el entorno esté dirigido a la meta que ha elegido. Cuando la persona ingresa a un entorno así y quiere unirse a los amigos, apunta su corazón de manera cada vez más precisa hacia la meta que todos han elegido.  

 

Por esta razón vamos al congreso, con el fin de imbuirnos en el mismo espíritu que hay ahí. Nuestra corrección depende de lo bien que administramos la acción. 

 

El corazón es todos los deseos de la persona. Quiere que su corazón esté junto a todos los deseos de los amigos que se esfuerzan por el mismo objetivo. Tal vez ahora no lo describamos con gran precisión, pero siempre intentamos configurarlo, como desde una perspectiva que cada vez apunta con más y más claridad hacia el objetivo, definiéndolo más, cada vez más cerca y haciéndolo más deseable. 

 

Si nuestros pensamientos, deseos y aspiraciones son que el corazón se sienta mucho más conectado, como una sola persona con un corazón, con ello influimos aún más en la fuerza general superior, el Creador. Cuanto más combinamos nuestros esfuerzos y nos enfocamos a Él, como la única fuerza que determina todo, construimos con mayor precisión su imagen en nosotros. Como está escrito: “Ustedes me han hecho”. 

  

Cuanto más correctamente imaginemos al Creador, más nos acercamos a Él, más nos conectamos con Él y empezamos a sentirlo a Él. Este es el propósito de nuestro trabajo, corregir nuestros corazones. La persona no puede corregir sus pensamientos, pero puede dirigir directamente su corazón hacia el Creador y luego, todos sus pensamientos serán sólo acerca de dar contento al Creador. Cuando el corazón esté completamente dirigido en sentido opuesto al yo, hacia el otorgamiento, la luz superior reinará en él.

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