HaVaYaH: Las fases de crecimiento de la mente y el corazón

Todas las diferencias y todas las partes de la creación en general están contenidas en la división en cuatro niveles: inanimado, vegetativo, animado, y humano. Tal división se deriva de las cuatro fases de la expansión de la Luz Directa, HaVaYaH, el ápice de la letra «Yud» y «Yud, Hey, Vav, Hey», las fases del desarrollo del deseo, llamadas Keter, Jojma, Bina, Zeir Anpin, y Maljut.

Cuando el desarrollo llega al último paso, a Maljut, ella comienza a reaccionar ante todos los estados, localizados antes de ella. Si Maljut no siente nada y no toma consciencia de nada, entonces lo que está sucediendo es llamado la etapa cero. Donde sólo recibe y comienza a percibir que consiste enteramente del deseo de recibir, es la primera etapa, el nivel inanimado.

Si ella siente que está en el deseo de recibir, pero no está de acuerdo con esto, esto es ya el nivel vegetativo. Una planta ya tiene su propia opinión; está superando algo; quiere vivir su vida. Pero aún no puede llevar a cabo sus propios movimientos, y no entiende sus impulsos internos.

Cuando comienza a realizar movimientos en relación al entorno, tratando de no depender de este y de desarrollarse en una dirección, de acuerdo con su carácter individual, esto ya es llamado el nivel animado. Y tal persona difiere mucho de su entorno.

El siguiente nivel es cuando comienza a usar activamente su deseo de disfrutar. Y entonces quiere ser individualista, como si el nivel vegetativo no simplemente estuviera de acuerdo en obedecer órdenes de su naturaleza, busca algo más de la vida. Quiere salir del gobierno del entorno y liberarse de este, como el nivel animado. Y si además quiere salir del control del Creador y llegar a ser similar a Él, entonces significa que ha llegado al nivel humano.

Sin embargo, es posible ver el desarrollo de las fases de HaVaYaH desde otro punto de vista, desde la forma en que el gobierno superior está siendo revelado a la persona por encima de ella.

Si una persona está bajo el completo control del Creador, significa que está otorgando completamente, sólo que no se da cuenta. Cada persona en el mundo está trabajando 100% por el otorgamiento y está trabajando para el Creador. No es opuesto a nada y ni siquiera sabe que puede resistir. Está actuando según el control del Creador, es decir que está en otorgamiento completo.

Después, su egoísmo crece y comienza tomar consciencia de ello. Y entonces entiende que es opuesto al Creador. Y mientras más se desarrolla la persona, más crece su egoísmo, es como si hubiera salido del control del Creador y comienza a estar en desacuerdo con Él. Por supuesto, él aún está llevando a cabo todas las órdenes de arriba, pero el asunto es cuánto entiende de esto, cuánto se da cuenta, y cuánto está de acuerdo.

Resulta que todo nuestro juego no está en las acciones en sí, tampoco en la forma en la que disponemos de nuestras vidas, sino de cuánto estamos o no de acuerdo con las acciones del Anfitrión por encima de nosotros.

Mientras más desacuerdo despierta en la persona, mientras más reclamos tiene para el Creador acerca de su gobierno, más grande es el crecimiento del egoísmo. Y simultáneamente, al serle revelada esta oposición, necesita querer corregirse para estar de acuerdo con Él una vez más.

Es por eso que, «mientras más grande es la persona, más grande su egoísmo». Por otra parte, él ya está llevando a cabo las acciones de una persona madura y se dirige a ser similar al Creador y hacia el acuerdo con Él, entregándose completamente al control del Creador, a pesar de toda la resistencia de su egoísmo.

Tales fases del desarrollo pueden ser vistas en nuestro deseo de disfrutar y el deseo de otorgar: el HaVaYaH directo y el opuesto, es decir en el deseo y la intención, en la mente y en el corazón. Es así como los niveles del desarrollo se desarrollan en una persona.

(52679 – De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 8/26/11, Shamati)

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