Hijo del mundo futuro

Dr.laitmanEn el momento en que yo recibo la intención «en aras de otorgar» sin recibir nada a cambio, comienzo a ser llamado «hijo del mundo futuro»; entro en el mundo superior en la percepción, a través de la intención de otorgar, de la aspiración de otorgar.

Entonces empiezo a percibir la Luz que me llena, la Luz de Jassadim, en mi otorgamiento a los demás (sólo dentro del deseo, porque hasta el momento no tengo nada que otorgar), en mi actitud hacia ellos. Este llenado me aleja de mi deseo egoísta.

Él no desaparece, sino que yo me aparto, me elevo por encima de él; ya no lo siento como algo importante para mí, los deseos de los demás se vuelven importantes para mí, de la misma forma en que lo que más le importa a una madre es el deseo de su hijo, y ella se dedica plenamente al cuidado de él. Pero esto es parte de su naturaleza, y nosotros alcanzamos esta actitud hacia los demás a través de la Luz superior.

De esta manera revelo el mundo superior. Y mientras me desconecto de mí mismo y comienzo a vivir dentro de los deseos de los demás sin ninguna conexión conmigo mismo, alcanzo un estado llamado «la libertad del ángel de la muerte», donde mi deseo en el que antes me sentí vivo, ya no lo siento como la fuente de vida, como algo que me lleva a la vida. Este ya no me lleva hacia la vida. Yo percibo la vida en el llenado de los deseos, Kelim, de los demás, ya estos que se han vuelto míos.

La libertad del ángel de la muerte significa que mi deseo, incluso en su nivel inicial más bajo, que parece como si mi cuerpo pudiera dejar de vivir, recibe incluso la iluminación mínima que le da vida, Kista de Jayuta, y no siento como si hubiera perdido algo. Yo ya no me identifico con él porque he adquirido un Kli diferente llamado alma.

Estos deseos de los otros que yo percibo como míos se llaman una vasija, el Kli de mi alma. Y el llenado dentro de estos deseos es el llenado con la Luz de NRNHY de mi alma. Allí encuentro la fuerza superior, la raíz de todo, y esto significa que yo alcanzo adhesión con el Creador.

Entonces empiezo a entender que la pequeña sensación en mi deseo egoísta con la que yo comencé mi viaje, era solo una ilusión en la que necesitaba vivir y existir para poder entrar en esta realidad universal de otorgamiento.

La realidad previa era simplemente imaginaria, sólo existía en mi ilusión, como en un sueño. Pero en realidad no existe, porque no hay lugar para el deseo de recibir placer. Este mundo imaginario, inventado, desaparece como un sueño.

De esta manera nos acercamos a un deseo diferente. Y cada vez la persona alcanza dentro de los Kelim de los demás, los cuales se vuelven de ella. Y es por esto que está escrito: «El hombre aprende donde su corazón desea»; en ese lugar, en esos deseos, revela una vida absoluta, eterna, superior.
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De la Lección del 11/26/2010, Escritos de Rabash

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