La corrección llega de arriba, la petición correcta viene de nosotros

Debemos construir el Tercer Templo y ya no habrá más exilio.  Todo depende de nuestra corrección. Pero no significa que estemos realmente corrigiendo algo, sólo elevamos una plegaria y la corrección llega de arriba. Necesitamos entender que sólo la petición está en nuestras manos, la necesidad de corrección. Tenemos que discernir sobre esta petición, entender que lo que realmente queremos corregir es nuestra naturaleza, deseo, intención, dirigirlos a la unidad. 

La plegaria por la unidad es nuestra principal preocupación. Si elevamos la plegaria correcta, sentiremos que la fuerza superior nos ayuda en la construcción del Tercer Templo para nosotros.1

El Creador creó el sistema y cuando se expandió de arriba a abajo, reveló un inmenso deseo de disfrutar, haciendo que fuera imposible permanecer en la intención de otorgar. Por lo tanto, el sistema primero se rompió al nivel de Mojin de Jayá, Primer Templo y luego al nivel de Mojin de Neshamá, Segundo Templo.  

Después, no quedó santidad, es decir, unidad y otorgamiento. Todas las partes de la Creación se rompieron y se separaron unas de otras. Nuestra tarea es hacer la corrección, juntar y reconectar de nuevo los fragmentos, a nosotros mismos. Entonces, nos daremos cuenta de que es imposible. 

El pueblo de Israel estuvo en alcance espiritual durante el Primero y el Segundo Templos y fue exiliado después de su destrucción, lo que ha estado sucediendo desde hace 2,000 años. Todo lo que queda por hacer después del rompimiento y los intentos fallidos por la corrección, es entender lo que implica la corrección. La corrección radica sólo en la unidad. No somos los que realizamos la unificación, porque no tenemos tal poder; de todo eso, lo único que nos corresponde es la plegaria, la petición. Esto es lo que necesitamos aprender. 

Para alcanzar la plegaria, debemos intentar conectar entre nosotros. No nos debemos desanimar por nuestra incapacidad para alcanzarlo. Cada momento intentamos unirnos, vemos sin frutos esta tarea, pero no podemos ceder. Debemos seguir y continuar hasta que lleguemos a la desesperación y supliquemos ante la derrota.  

No sabemos cuándo sucederá, pero es seguro que en algún momento. Nuestra tarea es seguir repitiendo nuestros esfuerzos hasta estar seguros de nuestra incapacidad para alcanzar y lleguemos a darnos cuenta de que sólo el Creador puede ayudarnos. Porque Él es el único en nuestro camino, que nos impide la unidad. Así que comencemos a gritar y a llorar, elevemos nuestra plegaria y recibiremos la fuerza desde arriba para unirnos. Cuando la fuerza de la unión empiece a trabajar en nosotros, en ella, entenderemos en dónde estamos y lo que está sucediendo. Hasta que esta Luz llegue de arriba, uno no puede entender nada. Pero la Luz sólo llega como respuesta a nuestra plegaria. Por lo tanto, nuestro trabajo está en los esfuerzos constantes por unirnos, intento tras intento, hasta que lleguemos a la desesperación. 

Por un lado, no cedemos y anhelamos la corrección; por otro lado, entendemos que somos incapaces de hacerlo. Esta decepción de nuestra falta de fuerza, se siente al mismo tiempo que finalmente se alcanza la conexión con el Creador, a través de nuestra exigencia a Él. Está escrito sobre esto: “Mis hijos me han vencido”. Así, recibimos de arriba la fuerza de la corrección que todo lo arregla.2

El Primero y el Segundo Templo fueron destruidos de arriba a abajo. Pero el Tercer Templo, debe construirse desde lo más bajo. Al final de la destrucción del Primero y del Segundo Templo, quedamos con los deseos rotos, entrelazados unos con otros. Eso es todo lo que nos queda ahora, para elevar una plegaria por su corrección. 

Pero debemos saber exactamente qué es lo que estamos pidiendo. ¿Qué podemos pedir si nosotros mismos no hemos intentado nada? Nuestra petición debe ser más clara. Queremos convertirnos en un hombre con un corazón, para revelar al Creador en ese corazón único. Esto será el Tercer Templo, a partir del cual la Luz y el entendimiento se esparcen a todos los pueblos del mundo. Todo el mundo comenzará a ascender con nosotros hasta los grados espirituales y la corporalidad desaparecerá gradualmente de nuestros sentidos.3

De la 2a parte de la lección diaria de Cabalá 25/jul/19 lección sobre Tishaa BeAv (nueve de Av)

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