La influencia del entorno residencial en una persona, parte 2

El Dr. Michael Laitman en conversación con Oren Levi y Nitzah Mazoz 

 

¿Cómo afecta el contacto con la comunidad a nuestra seguridad personal? ¿Cómo puede una persona establecer buenas conexiones con sus vecinos? ¿Por qué es especialmente importante hoy en día restablecer el contacto con nuestro entorno? 

 

El hombre se adapta al entorno en el que crece. El entorno cercano en el que crecemos y nos hacemos adultos nos moldea. Una persona siempre se esfuerza por sentirse tan segura como en el vientre materno. El vecindario influye en nuestra sensación de seguridad. Cuanto más adaptado esté uno al entorno, más seguro estará. 

 

Un niño en el vecindario se siente dependiente de los demás, son todo su mundo. Un niño que ve a otros niños a su alrededor debe adaptarse a ellos, siente que quiere estar con los grandes y fuertes. Los niños que crecen sin vida comunitaria carecen de calor y vínculos con los demás, por lo que es probable que sufran depresión más adelante. A través de las interacciones entre los niños del vecindario, creamos amistades, conexiones y lazos de ayuda mutua, hay una gran diferencia entre un niño que juega con amigos y un niño que juega solo o con sus padres, los niños que experimentan la vida a través de pantallas electrónicas no se desarrollan como seres humanos porque no tienen interacciones en vivo con los demás. 

 

La depresión es el resultado de la falta de contacto adecuado con el entorno, un niño que crece dentro de su smartphone tendrá dificultades para desarrollarse como persona. Es mejor que las clases incluyan trabajo en grupo, hay que crear lazos de amistad entre los niños. Los asentamientos y los kibutzim tienen una rica vida social para los niños, deberían crearse grupos similares en los vecindarios de la ciudad. Toda la naturaleza está unida en todas sus partes; solo nosotros, los humanos, no lo estamos. Aquí es donde el sufrimiento y la miseria crecen de generación en generación. 

 

Un buen entorno residencial es un lugar donde las personas están conectadas, no necesariamente sentadas en casa todo el tiempo, sino juntas. Los residentes pueden discutir cómo mejorar la vida, por ejemplo, asistencia mutua, actividades infantiles y un salón de belleza para mujeres. Una vez al mes, puede celebrarse un gran banquete para todo el vecindario. Los niños y adolescentes pueden actuar delante de todos, con música, canciones y otras ofrendas. 

 

La conexión con los demás da a la persona el calor que sintió en el vientre materno. De este modo, extiende su vasija.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *