Los cabalistas no entran a ningún trance, como los psíquicos; y tampoco se sumergen en alguna especie de éxtasis, como otro tipo de místicos desde la antigüedad hasta nuestros días.
Dado que ellos poseen una pantalla, conscientemente desde la razón y la emoción, existen con claridad y con calma, no solo en la capa externa de fuerzas y de información, sino también en la interna, donde todos los eventos son organizados y se toman las decisiones, porque en su andar van sobre la línea media.
Las líneas derecha e izquierda, están otorgando y recibiendo, pero siempre están en la línea media, como en el punto que equilibra el brazo de la balanza, por eso se llama “lengüeta nivel de la balanza”. Al estar constantemente en la línea media, los cabalistas siempre hacen cálculos precisos, para que la medida de su alcance y la pantalla estén equilibrados todo el tiempo.
Su avance radica en el hecho de que así como el egoísmo está constantemente creciendo, la pantalla también tiene que crecer. Así, se mueven como en dos piernas.
Por consiguiente, tienen un movimiento claro y controlado. Sabemos que cuando se construye un túnel, una máquina aplanadora se mueve hacia adelante, corta y retira las capas de tierra, una a una y avanza. Así, de forma semejante hacen los cabalistas.
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