La oración – El deseo ardiente de una persona que eleva de sí mismo al Creador

La oración es llamar al Creador, se llama elevar MAN, (aguas femeninas), es decir, el deseo ardiente de una persona que eleva de sí mismo al Creador. Por supuesto, entonces el Creador podrá responder a su pedido.

Es la petición genuina del hombre al Creador, el Creador la espera y responde. Es la conexión del hombre con el Creador.

No pienses que solo es inherente al hombre. La naturaleza inanimada, vegetal y animal constantemente están en plegaria. Pero su petición es orgánicamente parte de la naturaleza, porque, de antemano se sabe lo que quiere una piedra, una planta o un animal. Por eso, su deseo no necesita una expresión especial; actúa automáticamente.

En cambio, el hombre está obligado a trabajar en su oración, se le da libre albedrío. En la medida en que la organiza, de acuerdo con lo que el Creador le quiere dar, en esa medida logrará y establecerá una conexión mutua con el Creador: “Yo soy para mi Amado y mi Amado es para mí”.

El Creador prepara la respuesta de antemano y despierta el rezo. El hombre debe buscar y encontrarlo para apelar al Creador y darle la oportunidad de ayudarle y responder. Así hay conexión mutua entre ellos en la forma de: “Yo soy para mi Amado y mi Amado es para mí”.

En el momento en que pedimos, el Creador ya nos está ayudando y aún antes, porque cuando nos despierta para volvernos a Él, ya nos ayuda, como está dicho: “Solo llama y yo responderé”.

 

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