La solución de la Cabalá a la crisis financiera difiere de una solución con sentido común

Participé  en dos conversaciones para la serie de TV «El Efecto Mariposa». Una fue sobre la economía social y la segunda  sobre la solución global a la crisis financiera.


Charlando conmigo estuvieron:

Shlomo Maoz – El economista en jefe en la Excellence Nessuah House of Investment (der.); (traducido: Casa de Inversión Excellence Nessuah)

Avihu Soler – El Gerente de nuestro Departamento Editorial en la Academia de Cabalá. (en medio).

Shlomo Maoz es un conocido economista internacional, quien predijo algunas tendencias en la economía global, y cuyo pronóstico y consejo son apreciados en el mercado financiero. En este caso, expresó nuevamente la solución más correcta, desde la perspectiva del sentido común (egoísta).  Sin embargo, el punto de vista de la Cabalá  es diferente.

Su consejo sobre como vencer la crisis financiera es el siguiente:

1.         Debemos retornar a «la vida en casa», trabajar menos, restringir la industria de alta tecnología y el Internet, pasar más tiempo con nuestras familias y mantener una comunidad pequeña. El Internet es la fuente de de la crisis porque ha conectado a toda la civilización sobre la Tierra dentro una «pequeña aldea» (ver mi comentario abajo #1).

2.         Un mayor número de mujeres deberían ser nombradas en puestos gerenciales porque la mujer hace negocios de manera menos egoísta; es más sensible,  flexible y menos arrogante.

Este consejo claramente repite la historia de la antigua Babilonia. Hace 4,500 años la civilización de la  antigua Babilonia – que incluía a toda la humanidad dentro de un área cerrada –  comenzó a experimentar una crisis global de «pequeña aldea»

  • La gente descubrió que todos dependemos de todos.
  • El egoísmo de cada persona fue expuesto al máximo (hablando alegóricamente, quisieron elevarse hasta los cielos)
  • Se reveló el odio de cada uno hacia todos; la gente dejó de entenderse entre sí (hablando alegóricamente, sus lenguajes se confundieron).

Luego surgieron dos propuestas:

Abraham propuso a todos unirse como «una sola familia», que es lo que la naturaleza los obligó a hacer. Esta unión pudo lograrse usando la ciencia de la Cabalá que él reveló.

Otros, guiados por Nimrod, estaban en contra y ya que el otro sendero egoístamente les quedaba claro a todos, la mayoría de la gente lo aceptó. Entonces se dispersaron sobre toda la tierra, destruyendo las conexiones de una «pequeña aldea» ente ellos y anulando la globalización.

Esto es lo que Shlomo Maoz nos propone que hagamos hoy en día. La propuesta es correcta y dirigida al problema. Sin embargo, en nuestra época, no puede ser una solución. Es similar a otras  «soluciones»,  como serían, el rompimiento de nuestras relaciones para otra guerra mundial,  o descontinuar nuestra comunicación artificialmente. Sin embargo, no hay retorno porque hoy  nuestro egoísmo abarca toda la civilización de la tierra.

La ciencia de la Cabalá dice que  nosotros no podemos ir pacíficamente por caminos separados por segunda ocasión. Si lo hiciera,  la humanidad sólo acabaría destruyéndose  al involucrarse en la tercera y cuarta guerras nucleares mundiales.  Entonces sólo unas cuantas personas quedarían sobre la tierra, y a pesar de todo,  se corregirían (nuestras almas) y alcanzarían la meta de la creación – similitud a la naturaleza (el Creador).

En el pasado, sólo unas cuantas personas siguieron el consejo de Abraham. Después fueron conocidos como Israel, que quiere decir «directo al Creador». Hoy, tal como los cabalistas lo han predicho  por mil años, nos encontramos en la misma situación. Sin embargo, la solución no es desconectarse, ya que esto traería nazismo y causaría que nos aniquiláramos. La solución está en crear una conexión aún mayor entre nosotros.

Por lo tanto:

  • La humanidad debe resueltamente restringir a todos los extremistas y a las personas que se propongan desconectarnos, aún si es necesaria la coerción física.
  • Por el bien de la supervivencia, cada persona tiene que ver satisfechas todas sus necesidades (ver mi comentario #2 abajo) y contribuir con todo el excedente de su trabajo al bienestar de la sociedad entera.
  • Todos los medios masivos y sistemas educativos deben proveer una educación global para la humanidad.

Mi Comentario #1: Hoy la humanidad experimenta un periodo que es similar a la crisis que experimenta el individuo al llegar a la mitad de su existencia. La inercia de avanzar que comenzó con el nacimiento se está agotando. Ahora tenemos que progresar  concientemente, por nuestro propio esfuerzo. Tenemos que entender hacia dónde nos movemos  y por qué,  ¿cuál es la meta?  Cuando  una persona no entiende cuál es su meta a la mitad de su vida, comienza a recurrir a los extremos: ganar muchísimo dinero, volverse a casar con alguien más joven, y así sucesivamente. Su temor más grande es permanecer solo con sus pensamientos y con la pregunta máxima: «¿Para que es todo esto?»

Por esto es que ahora, por mas extraño que parezca, la sociedad está en cierta forma contenta de toparse con la crisis financiera, porque ahora puede encontrar a un culpable de todos los fenómenos negativos e incomprensibles  que ha estado afrontando en los últimos años,  como la falta de una dirección clara para continuar desarrollándose, el callejón sin salida en las relaciones internacionales y los cambios geopolíticos. Ahora existe un problema común comprensible que tiene que ser combatido.  Por el momento, todo lo demás puede hacerse a un lado.

Mi comentario #2: Recordemos un ejemplo sobre la actitud correcta hacia el mundo como nos lo refirió la historia bíblica del maná. A las personas se les dieron instrucciones de recoger exactamente tanto como necesitarán comer en un solo día.  Todos los excesos se echaban a perder de la noche a la mañana, porque no les pertenecían.  De la misma forma,  la crisis actual nos enseña a deshacernos de los excesos. Cuando la crisis se agudice y disperse aun más, la gente comenzará a pensar  que es inútil hacer tantos esfuerzos para juntar algo que de cualquier forma se pudrirá.

Para mas sobre esto, ver el periódico «La Nación«; el libro Del caos a la armonía; y el texto de mi conferencia en Arosa, Suiza.

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