Llegamos al amor de los seres creados como resultado de nuestro trabajo en el mundo corporal

El amor a los seres creados es un trampolín hacia la corrección final, hacia el amor del Creador y hacia el propósito de la creación como resultado de nuestro desarrollo espiritual.

Llegamos al amor de los seres creados como resultado de nuestro trabajo en el mundo corporal, en un grupo con amigos, por el deseo de acercarnos a ellos, para que de esta manera podamos llegar al amor del Creador.

 

Trabajando en el amor a los amigos, recibimos una fuerza especial, una luz superior especial, que nos influye, nos corrige y hace nacer en nosotros el amor a los demás, que conduce al amor del Creador.

 

De lo contrario, no seríamos capaces de alcanzar el amor al Creador porque Él está oculto para nosotros y está más allá de nuestros órganos sensoriales. No somos capaces de imaginar al Creador y construir una actitud hacia Él de ninguna forma. Solo si nos acercamos a los amigos y a través de todos los obstáculos, fracasos, descensos y rechazos y continuamos anhelando el amor de los demás, entonces de esta manera aprenderemos lo que es el amor del Creador.

 

Después de todo, este sentimiento es completamente inaccesible para nosotros. Así como el Creador está separado de nosotros, el amor por Él no se siente en nosotros de ninguna manera. Si sentimos algún tipo de amor por el Creador en nosotros, entonces es un sentimiento egoísta. No es amor en absoluto, sino egoísmo bajo la apariencia de amor al Creador.

 

Pero debido al hecho de que trabajamos juntos en un grupo, después de un largo tiempo y un gran número de estados por los que pasamos, como resultado, comenzamos a sentir cuán importante es para nosotros el amor de los amigos. Entonces una fuerza especial, una actitud especial se reviste de este amor de amigos, que es el amor del Creador, y así recibimos Su naturaleza, llegamos al amor y a la unidad, salimos de nuestro egoísmo, y nos acercamos al propósito de nuestro desarrollo.

 

Todo esto lo alcanzamos con la ayuda de la fuerza superior. Si la usamos correctamente, el Creador hará todos los cambios necesarios en nosotros para que finalmente revelemos una actitud especial hacia el Creador en nosotros mismos llamada «amor».

 

 

Por eso está escrito que hay amor propio y hay amor al Creador, y hay un medio, que es el amor a los demás.

 

A través del amor a los demás llegamos al amor al Creador. Por eso Rabí Akiva dijo: «Ama a tu prójimo como a ti mismo es una gran regla de la Torá».

 

El Creador ha dispuesto para nosotros una estación intermedia en el camino, un estado desde el que podemos trabajar. Después de todo, el amor a los demás es, al menos hasta cierto punto, comprensible y palpable para nuestros sentidos. Si hacemos esfuerzos para tratar de alcanzar el amor a los amigos, entonces de esta manera la luz superior gradualmente nos influye y nos lleva al amor genuino a los demás, cuya meta final y cima es el amor al Creador.

 

¿Cómo se puede llegar?     Alcance a través del amor

 

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