Monumentos e imágenes

Profetas, Josué, 8:29: Y colgó al rey de HaAy en una horca hasta la tarde y cuando se puso el sol, Josué los mandó a que bajaran su cadáver de la horca y lo arrojaron a la entrada de la puerta de la ciudad y levantaron sobre él un gran montón de piedras, hasta hoy.

Colgar, estrangular, no es la mayor corrección del egoísmo. La destrucción completa de los deseos egoístas del hombre se produce al quemarlo. Colgar es sólo privar al egoísmo de su existencia animal, es decir, uno de los métodos de ejecución cuando el hombre se ve privado de cualquier oportunidad de renacimiento espiritual.

Pregunta: Está escrito: «Lo arrojaron a la entrada de la puerta de la ciudad y levantaron sobre él un gran montón de piedras». ¿Qué son estos monumentos?

Respuesta: De hecho, ¿por qué erigir monumentos al ego? De hecho, no se hace por egoísmo, sino por la persona en la que hay un egoísmo golpeado, mortificado, ahorcado y debe recordarlo para que nunca vuelva a suceder. 

Todo se hace para las generaciones futuras y no para la persona misma, porque el deseo llamado “dueño de la ciudad” ya murió en él.

Pregunta: Hoy es muy popular en el mundo, erigir monumentos a los difuntos y a los vivos, monumentos a la victoria, etc. ¿Es posible que esta tradición venga de aquí?

Respuesta: No, ya era habitual en la humanidad, incluso antes de que se escribiera la Torá. A la gente le gusta eternizarse, porque el egoísmo lo quiere, aunque al final no quede nada. Por eso tiene el deseo de glorificarse de alguna manera.

Pregunta: ¿Por qué el judaísmo está en contra de los monumentos?

Respuesta: Debemos recordar, no a la persona, sino sus acciones. Y no sus acciones en el pasado sino las que nos transmite en el presente.

Es costumbre en nuestra generación que conservemos fotos, pinturas y retratos. Aunque, en general, no hay absolutamente ninguna necesidad. Nunca vi ninguna imagen en la casa de mi maestro: ni de su padre ni de nadie, ninguna. Son hábitos modernos.

Pregunta: ¿Podemos decir que esto es servir a los ídolos?

Respuesta: Por supuesto. En cierto modo lo es. ¿Qué te da ver una cara? Al hacerlo, reemplaza el estado correcto de acercarte internamente, con algo externo. La conexión de los corazones es una acción absolutamente interna.

Pregunta: ¿Cuál es la diferencia entre un montón de piedras y una imagen?

Respuesta: El montón de piedras nos recuerda que ahí acabamos con el egoísmo. La imagen, por el contrario, dice que el egoísmo todavía está entre nosotros y así, aparentemente lo exaltamos.
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De Kabtv «Secretos del libro eterno» 19/jul/21

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