Artículo de Rabash, «Ven a Faraón 2»: El hecho era que todo lo que ellos construyeron caería. Esto significa que cada vez que ellos construían alguna estructura en el trabajo para sí mismos, los egipcios venían, es decir, los pensamientos extraños de los egipcios, y arruinaban todo su trabajo. En otras palabras, todo el trabajo que ellos hacían con todo su esfuerzo para superarse y servir en el trabajo de santidad se lo tragaba el suelo.
Por lo tanto, cada día tenían que empezar nuevamente, les parecía como si nunca se hubieran involucrado en el trabajo de santidad. Además, cada vez que ellos consideraban moverse hacia adelante, veían que no solo no progresaba, sino que incluso retrocedían, ya que siempre surgían en sus mentes nuevas preguntas de «quién» y «qué».
Estas eran las conocidas preguntas de Faraón: (Éxodo 5:2) ¿Quién es el Señor, para que yo escuche Su voz? y (Éxodo 12:26) ¿Qué significa para ustedes este trabajo? Y las preguntas se hacían cada vez más pesadas, y si la persona avanza día tras día, ve que ella sí misma tiene cada vez menos éxito. Pero es necesario aceptar esto como evidencia real del avance porque esto pasa con todos y cada uno cuando se acercan al éxodo de Egipto.
Precisamente debido a que la persona invierte mucho esfuerzo, ellos le muestran en qué medida no tiene éxito. Por lo tanto no hay oportunidad de avanzar si la persona no se fortalece por medio del estudio, el Rav y el grupo. Y esto se aplica tanto para los hombres como para las mujeres. No hay diferencia entre ellos; el proceso es el mismo.
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De la 1° parte de la lección diaria de Cabalá del 4/16/14, Escritos de Rabash