Nuestra casa en cuatro historias

Cuando empezamos a estudiar la sabiduría de la Cabalá, pensamos que será fácil y que esta nos seguirá proporcionando la  inspiración extraordinaria que uno siente generalmente al principio. Pero con el tiempo, tenemos que empezar a excavar más profundamente, dentro de nuestro propio egoísmo, y entonces la experiencia se vuelve desagradable.

El cuerpo en realidad no quiere levantarse para las lecciones de la mañana, ni ir a estudiar, descuida el resto, piensa y siente que está distante de la espiritualidad, no está dispuesto a conectarse con los demás, o a preocuparse por del otorgamiento y sabe sólo cómo recibir.

Por consiguiente empezamos a experimentar “el fondo del pozo” excavando en nuestros corazones. Y más tarde todo se determina según lo lejos podemos llegar en nuestro ego. Esto puede darse con la ayuda del entorno ya que una persona no puede hacerlo solo. No importa cuán desagradable es esto y cuanto duele el egoísmo, la persona estará dispuesta a descubrir cuán opuesto es a otorgar,  al no tener ninguna de sus propiedades. Y desde su desesperación, desde todos los descensos y falta de inspiración, la persona avanzará.

Esto significa que la base hacia la cual construimos la estructura espiritual  no es agradable. Es un “abismo” vacío excavado en el corazón; esta es nuestra excavación en la “tierra”, en nuestro propio deseo, la obscuridad, la comprensión de nuestro egoísmo y la oposición al otorgamiento. Y sólo alguien que sea capaz de soportarlo y esté dispuesto a trabajar tan metódicamente, al haber construido el entorno de apoyo a su alrededor, tendrá la fuerza requerida y no temerá cavar más profundamente en sí mismo y a moverse hacia atrás.

Por lo tanto, establecerá una base hacia la cual será capaz de levantar su construcción, es decir a través del grupo, la persona pedirá la Luz que Reforma,  que construirá para ella. Mientras esté cavando más profundamente, más alta será la casa que podrá levantar. Después de todo, está escrito que “el Creador hizo uno contra el otro”.

Empezamos con el estado considerado como “cero” y primero, damos un paso hacia abajo, con el fin de subir un paso más tarde. Damos dos pasos hacia abajo y los ascendemos otra vez. Por lo tanto, los atravesamos  todos: 0-1-2-3-4, hasta que finalmente llegamos al final de la corrección habiendo experimentado cuatro “exilios” y cuatro “redenciones”.

Hemos alcanzado el último estado de exilio ahora; por lo tanto, lo que nos queda por delante es la última y total redención.

(42993 – De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 5/13/2011, Escritos de Rabash)

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