La Torá, Números 15:32-15:36: Cuando los hijos estaban en el desierto, encontraron a un hombre reuniendo leña en el día de Shabat. Aquellos que lo encontraron reuniendo leña lo presentaron ante Moisés y Aarón y ante toda la congregación. Lo pusieron bajo guardia, dado que no estaba especificado qué debía hacerse con él. El Señor dijo a Moisés: “El hombre debe ciertamente ser muerto; toda la congregación deberá lapidarlo a las afueras del campamento”. Entonces toda la congregación lo llevó fuera del campamento y lo lapidaron con piedras hasta matarlo, como el Señor había ordenado a Moisés”.
Una persona que se ha elevado a un nivel en el cual el Shabat existe para ella, no es una persona ordinaria. Y reunir leños es buscar dentro de ti las características que pueden ser usadas como combustible. Esto significa que es un pecado consciente contra el más alto nivel de unidad, el Shabat. Y entonces, la corrección de la persona está en matar su estado bestial en el nivel del inanimado a través de piedras.
Este es el corazón de piedra (Lev HaEven) que debe ser matado. Pero en la próxima encarnación superará este estado y lo corregirá. Es por eso que está escrito en la Torá, que la persona debe matarse a sí mismo a través de su corazón de piedra. Por otra parte, “Even” (piedra) se deriva de la palabra, “Havná” (entendimiento, conciencia). Entonces, lapidar con piedras es una conciencia mayor, sin la cual no podría abordar acciones espirituales.
Reunir leños en el Sabbath es un deseo de la persona de encontrar combustible para poder tener calor y Luz, (las líneas derecha e izquierda). Pero, a causa de que quiere elevarse al nivel del Shabat con actos prohibidos, es “muerto”. Y si él quiere, podría ascender como debe en el Shabat, anulándose. La idea es que durante toda la semana la persona prepara combustible, leños, varas, aceite para las lámparas para tener calor, y después de eso las usa en Shabat. Pero, si enciende los leños dentro de sí, es decir, que crea algo en Shabat, con esto se separa del Creador quien trabaja por él en este día.
El Shabat es el último día de la semana cuando la asociación de Maljut es revelada. Jesed, Gevurá, Tifferet, Netzaj, Jod y Yesod son las seis Sefirot con las cuales trabajamos por seis días. La última Sefirá, Maljut, no hace nada por sí misma. Sólo activa las seis Sefirot previas que actúan con su ayuda y en el Shabat recibe lo que fue revelado en ellas.
Si una persona quiere trabajar en el Shabat como lo hizo en los días previos, con esto limita su ascenso. No puede recibir nada de las primeras seis Sefirot y moverse al siguiente nivel, a la próxima semana. Y entonces en la próxima semana es como alguien que murió. Los seis días de la semana son seis estados en los cuales corregimos las características de Maljut para asemejarnos a las seis características superiores: Jesed, Gevurá, Tifferet, Netzaj, Jod y Yesod. Y entonces, en el séptimo día, en el Shabat, todos se conectan juntos y ennoblecen a Maljut a través de la corrección. La persona ya no participa en esto; no puede trabajar con Maljut sino sólo con lo más elevado, en las seis Sefirot superiores.
Entonces el trabajo está prohibido en el Shabat. Está dicho que alguien que trabajó antes del Shabat cosecha el fruto de su labor en el Shabat. Porque cuando las primeras seis Sefirot están integradas juntas e iluminan Maljut, la persona es entonces elevada y siente el flujo del Creador, Su revelación hacia ella. Y si no, entonces en toda la semana no hay significado para ella. A través de su corazón de piedra se mata a sí mismo y “mata” su alma, es decir, la posibilidad de adhesión con el Creador en el Shabat.
Entonces su corrección está en matar ese nivel al cual no pudo ascender, matarlo a través de ese corazón de piedra y comenzar todo de nuevo. No hay nada terrible aquí; este es uno de esos crímenes ordinarios que cometemos algunas veces en el camino espiritual.
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De Kabtv “Secretos del Libro Eterno” 13/may/15
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