Está escrito en la Torá «Se regocijarán del fruto de su trabajo …» (Deuteronomio, 12: 7).
Las manos representan los deseos egoístas de una persona que quiere poseer el mundo entero.
Sin embargo, cuando actuamos altruistamente con manos egoístas, es decir, crear intenciones altruistas para nuestras acciones, entonces, en santidad, podremos absorber, percibir y revelar al Creador para acercarnos a Él, entrar en contacto y adhesión con Él y, unirnos en la calidad de otorgamiento.
Está escrito: «Se regocijarán del fruto de su trabajo«, ya que «regocijarán» es la revelación del Creador.
Lo descubrimos en nuestros deseos corregidos y correctamente ensamblados. Por lo tanto, el Creador viene de lo que somos capaces de reunir entre nosotros de nuestras partes rotas, cada uno la suya.
En otras palabras, una configuración correcta de nuestra conexión nos da la imagen correspondiente de otorgamiento y amor, llamada el Creador y otra configuración nos da una imagen diferente de Él. Por lo tanto, en el Libro del Zohar y otras fuentes, está escrito que el Creador se revela entre nosotros en diferentes imágenes. Sin embargo, estas imágenes no son materiales.
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De Kabtv «Secretos del Libro Eterno» 30/jun/16
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