Todo lo que los autores del Libro del Zóhar escribieron, lo sintieron y lo descubrieron en sus deseos, en sus propiedades de la percepción (Kelim). Nosotros debemos envidiarlos, y desear alcanzar su estado para revelarle al mundo lo que ellos escribieron. Ni siquiera entendemos lo que ven ellos allí, como si hubieran aterrizado en una selva desconocida, en algún lugar desconocido, ellos ven lo que está sucediendo allí, y nos hablan acerca de esto en diversas formas. Ni siquiera tienen las suficientes palabras para describir todo puesto que es algo nuevo, inexistente en nuestro mundo. A veces son capaces de encontrar una cierta analogía con nuestro mundo, pero otras veces no. Con el fin de revelar la misma cosa, nosotros no necesitamos viajar a ese mismo lugar, subir una montaña, o entrar en una selva, simplemente tenemos que cambiar nuestras cualidades internas, voltear un poco cada propiedad, calibrar por completo y entonces obtendremos la imagen de la que ellos hablaban. Luego, con cada palabra, con cada letra, seremos capaces de calibrar ligeramente una propiedad tras otra, y así iremos a través del texto que escribieron. En última instancia, el texto del Zóhar contiene instrucciones acerca de cómo podemos cambiar todos los detalles en nosotros mismos, en cada propiedad de percepción, para aferrar constantemente la imagen que los autores del Libro están formando para nosotros. De esta manera atravesamos el camino siguiendo sus pasos.
(79240 – De la 2º parte de la lección diaria de Cabalá del 5/29/12, El Zóhar)
Melodias de los mundos superiores
Toma tiempo, esfuerzo y experiencia revelar el mundo superior
La geografía espiritual