Siempre vamos restringiendo cada vez más nuestro camino, para que esté más enfocado y definido, convirtiéndose en una línea muy delgada que nos lleve al Creador. Entonces realizamos sólo aquellas acciones consecutivas que nos conducen a la meta. En esta línea delgada empieza la escalera de los grados, el amor de los amigos y el amor por el Creador.
¿Cómo llegamos a este lugar, dónde comienza esta delgada línea? Es muy simple. “El lugar”, es el deseo. Restringe tu deseo hacia una intención, hacia un propósito y te encontrarás en esta delgada línea. Lo principal es hacer todo a través del grupo con el fin de otorgar al Creador, que está en el centro del grupo y ciertamente estarás caminando sobre esta línea.1
No podemos entender nuestro corazón, porque está revestido de muchas capas. El Creador está dentro del corazón, pero no lo sentimos; sentimos sólo los deseos superficiales. Es una sensación inimaginable, cuando el Creador se revela en el corazón de una persona y se vuelve uno con su corazón. Ésto es el fin de la corrección.
Hasta ahora, estamos muy lejos de este estado. Debemos tallar nuestro corazón, quitarle todas las capas para revelar la verdad en el corazón viviente. Ahora tiene una armazón de piedra y por lo tanto, se le llama “el corazón de piedra”.2
De la tercera parte de la lección diaria de Cabalá, Escritos de Baal HaSulam, “Matán Torá [La entrega de la Torá]”, punto 14, 23/ene/19
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