La Torá, Deuteronomio, 8:12- 8:14: Para que no suceda que cuando hayas comido y hayas quedado satisfecho — cuando hayas construido buenas casas y te hayas asentado, cuando tu ganado vacuno y tu ganado ovino se hayan incrementado y tu plata y tu oro hayan aumentado y todas tus propiedades se hayan incrementado, que entonces tu corazón se llene de orgullo y te olvides del Señor, tu Dios, que te sacó de la esclavitud de Egipto…
La constante revelación de nuevas profundidades egoístas en la naturaleza humana y su corrección hacia cualidades altruistas sucede en el camino cuando el egoísmo es transformado hacia la cualidad de otorgamiento y amor por todos, desde un menos hasta un más completo. “Tu corazón se llene de orgullo” significa que deseos egoístas muy serios despertarán en ti. Son llamados siete naciones que viven en la tierra de Israel. Es necesario conquistarlas y expulsarlas de ahí.
En otras palabras, debo corregir todos los deseos egoístas que aún quedan en mí, matarlos y expulsarlos de mí mismo. Entonces mis deseos se volverán limpios y correctos y yo, con su ayuda, seré capaz de conectar con otros, con mi pueblo. Ahí es cuando en nuestra sensación conjunta de mutualidad, amor y conexión, la fuerza superior, llamada el Creador, es revelada.
Pero el deseo de una persona crece constantemente, descendiendo cada vez más bajo y aun cuando aparentemente lo tengo todo, ahí aparece de pronto un deseo adicional que dice, “¿Podría disfrutar esto para mí mismo?”
Y en su lugar, toda mi percepción debe estar dirigida sólo hacia el hecho de que complazco al Creador. Por lo tanto está escrito, “y te olvides al Señor, tu Dios”, es decir que dejarás de complacerlo a Él.
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De Kabtv “Secretos del libro Eterno” 4/may/16
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