Un acercamiento maduro a los problemas es cuando ustedes saben que pueden alcanzar la meta sólo al superar el problema. Superan las sensaciones desagradables en su deseo de recibir, por encima de la oscuridad, y allí piden la conexión con el grupo, con el Creador. Aunque su plegaria sea falsa, e internamente ustedes sólo esperen que el problema se vaya, que la oscuridad se disipe por lo menos un poco, así serán capaces de descansar, relajarse, y sentirse seguros en cierta medida.
Pero ustedes se aferran y buscan la conexión y adhesión con el grupo, con los libros, con el maestro. Son como un bebé que quiere que lo sostengan en los brazos. Busquen todo el apoyo que puedan conseguir que les permita pedir no que la oscuridad se disipe, sino más bien elevarse por encima de la oscuridad y pensar en el Creador, y no en sus propias sensaciones. Su preocupación es llevarle contento a Él y no a ustedes mismos.
Si pueden pensar de esta manera, entonces en esa medida ya sentirán alegría. Cuando ustedes pueden anhelar darle al Creador incluso un contento mayor a través del grupo y de todos los otros medios, entonces sienten incluso una alegría mayor. Si no pueden hacerlo, entonces deben pedir eso para que sientan la vida en las vasijas externas, en las vasijas exteriores, lo cual significa «por fuera de la propia piel de ustedes», donde se encuentra el alma.
Los síntomas de la «enfermedad» se irán ya que dejarán de pensar en ellos y ustedes se adherirán al Creador y no a los síntomas corpóreos. Saldrán de su piel, como si murieran, y se adherirán al Creador, al alma y no al cuerpo. Esto es llamado vivir en fe por encima de la razón, salir de sí mismos, la transición entre la vida y la muerte, por lo menos en cierta medida.
Entonces gradualmente ustedes le añaden a esta transición y así vencen la muerte. Tenemos que entender por lo menos el patrón de esta transición, y entonces todo será de acuerdo al mismo principio, de la misma manera.
(104528 – De la 1° parte de la lección diaria de Cabalá del 4/4/13, Shamati # 36)
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