Un juego es una oportunidad para la autoexpresión

Pregunta: En el sistema integral de educación para niños, los grupos no deben ser grandes, sólo de más o menos diez personas, dos de los cuales son instructores ¿Es este principio válido para los adultos también?

Respuesta: Es mucho más fácil con los adultos ya que los adultos son personas más responsables después de todo. De buena gana se enfocan en el instructor y se involucran en discusiones con él. Un instructor es suficiente para 30 o 40 personas, o tal vez 50 personas. No necesitas mantener reunidos a los adultos, motivarlos, ser bromista con ellos, sino sólo educarlos en forma de juego. Eso es lo primero.

Segundo, en realidad necesitamos entender que las personas deben someterse a una transformación interna muy seria. Es un trabajo sicológico tremendo de la persona sobre sí misma; es su introducción a sí misma: ¿Quién soy? Por eso es necesario filmarla en este juego para que pueda verse desde un lado.

Después de todo, siempre estamos jugando. Represento una cierta imagen que vi hace muchos años, la adopté, y la estoy recreando hoy. Así es como nos conducimos. Eso queda claro en la sicología. Es por eso que la tarea más importante en esos cursos prácticos es proporcionarle a la persona el surtido máximo correcto de esas imágenes que puede copiar más adelante.

Basado en el hecho de que uno las recreará y controlará, la persona entenderá quién es en realidad porque sus facultades y atributos internos se revelarán constantemente en relación a la imagen que representa en el juego. La distancia, la delta entre quién soy y lo que estoy representando, ayudará a la persona a alcanzarse y conocerse finalmente. Y esto es lo más importante. Entonces realmente será capaz de expresarse, expresar sus cualidades innatas internas, propiedades, y talentos. Y es ahí donde el mundo realmente se volverá integral porque cada persona tendrá la oportunidad de expresarse.

En adición, debemos preparar instructores para la nueva sociedad integral a partir de todos y cada uno de los estudiantes, incluso de los más rezagados. La persona no tiene derecho a ser simplemente un estudiante pasivo y estudiar sólo para sí misma: debe estudiar para educar a otros. Debe sentir que según el grado en el que adquiere esa nueva forma de conexión entre las personas, ella misma se vuelve una parte activa de esta conexión y necesariamente debe llevarla más allá.

Entonces los estudiantes que hayan estudiado con nosotros entre medio año y un año deben necesariamente guiar grupos de principiantes. Al principio, por supuesto, deben cubrir sólo tópicos muy limitados y trabajar junto con instructores más experimentados. Para ellos esto es absolutamente necesario ¡aquí es precisamente donde desarrollan sus habilidades! ¡Así es precisamente como los otros aprenden de ellos!

No necesitamos ocultar el hecho de que estamos preparando a nuestros estudiantes para ser maestros, y debemos colocarlos en un marco de enseñanza apropiado de forma inmediata. Antes que nada, esto los forzará a estudiar el material más cuidadosamente y a entenderlo mejor. Segundo, esto desarrollará una conexión más estrecha entre ellos y los otros. Lo más importante en todo este estudio es precisamente las actividades prácticas.

(64245 – De una «charla sobre educación integral» del 12/12/11)

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