Una carencia sin defecto

laitman_2008-11-03_0727_wPregunta: ¿De dónde nos viene la sensación de carencia de otorgamiento si ésta no existe en el Creador?

Respuesta: El deseo de otorgar del Creador procede de la perfección. Pero en nosotros este deseo no puede proceder de la perfección, ¡si es que queremos quedarnos como criaturas y diferenciarnos del Creador!

Por eso, nuestra necesidad de otorgar debe proceder de la sensación de carencia.

Pero la necesidad de amar, a causa de la sensación de carencia, es un mal porque resulta que quiero amarle a Él con el objetivo de hacerme mejor.

Por eso, debemos crear una necesidad en nosotros mismos que no esté basada en la carencia, sino en la elevación por encima de nuestra naturaleza, con el fin de poder otorgar.Por lo tanto, dentro de mí debe quedarse el deseo de recibir. Por encima de él, he de construir el deseo de otorgar.

El Creador es perfecto y su amor procede de la perfección. El amor de la creación no puede proceder de la perfección. Entonces, ¿qué tipo de amor es ese?

Para solucionar ese problema, el hombre debe lograr la sensación de “carencia sin defecto”, es decir, una doble vasija-deseo. Con esto, es como si su amor también procediera de la perfección. Entonces, este amor será realmente puro.

Por eso, todo el proceso está determinado por el estado final, el único que existe y fue creado por el Creador.

Y sólo en su relación con nosotros, este proceso se desenrolla como una alternancia de estados; como una alfombra que asciende hacia nosotros por la escalera.

(Extracto de la lección según el artículo Matan Torá (La entrega de la Torá) de Baal HaSulam, correspondiente al 03 de mayo 2010)

Material relacionado:

De la lección al artículo de Baal HaSulam «Entrega de la Torá, 05/03/2010

Por sobre el odio hacia el amor

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