Por consiguiente debemos preguntar: ¿Por qué entonces, los Cabalistas obligan a que cada persona estudie la sabiduría de la Cabalá? De hecho hay algo grande en ello, digno de ser publicado: Hay un remedio maravilloso e inestimable para aquellos que se comprometen en la sabiduría de la Cabalá. Y aunque no entiendan lo que estudian, a través del anhelo y el gran deseo de entender lo que están estudiando, despiertan hacia sí mismos, las Luces que circundan sus almas. (Baal HaSulam, Introducción al estudio de las diez Sefirot).
El hecho es que los textos cabalísticos hablan de la estructura del alma y de la estructura de todo el sistema de las fuerzas espirituales. Al estudiarlos, despertamos estas fuerzas espirituales que nos influyen con mayor intensidad y nos desarrollan a gran velocidad en la dirección correcta.
Por lo tanto, al estudiar la Cabalá en un grupo, con un cierto número de personas que anhelan la misma meta, la revelación del Creador, la revelación del mundo superior, nos hace avanzar muy intensamente.
Si una persona junto a todos en el grupo lee, digamos El Libro del Zohar y pronuncia algunas palabras que no entiende su significado, todavía así despierta la luz circundante con su deseo, que se convierte en su luz interior.
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