¡No interfieras!

El Creador nos despierta, y lleva todo a cabo, y seguramente nadie en el mundo puede hacer nada por su cuenta. Todo se trata de la Luz superior que se revela más y más dentro de nosotros, Su fuerza es lo que actúa. Nosotros sólo tenemos que corresponderle a Él tanto como nos sea posible, acercarnos a Él, y hacer ciertos movimientos internos para que Él se manifieste en nosotros. Esta es la aspiración más importante.

En realidad, la persona tiene que hacer solamente una cosa, no interferir. Tiene que ser como una «mujer» (esta es llamada la fuerza de la mujer), ser la vasija en las manos del Creador. Así que esperemos que podamos usar nuestra fuerza masculina para superarnos a nosotros mismos y volvernos como «mujeres».

(61144- De la conversación durante la comida antes de la Convención en el desierto de la Arava, 11/18/2011)

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