Pregunta: ¿Es posible cambiar nuestro destino?
Respuesta: Con el ejercicio de tu libre albedrío puedes cambiar tu destino en la de forma que desees, en 360 grados. Pero sólo puedes hacerlo si tu, con seguridad, entiendes que debes influir tu destino, lo que significa que sabes qué cánula pequeña necesitas usar para afectar a todos los mundos en su recorrido al Mundo del Infinito. Tú tienes una oportunidad de hacerlo, pero es muy estrecha.
Necesitamos aclarar esta oportunidad específica. Después que la clarifiquemos, descubriremos que deseamos actuar específicamente en esta dirección.
Existe un mundo entero a mí alrededor, que se conecta con otro mundo perfecto a través de una delgada cánula. Yo me encuentro en la base, con mis propiedades y fuerzas, mi libre albedrío esta en esta cánula, y el mundo perfecto se encuentra arriba.
¡Sigue adelante por favor, entra a este mundo perfecto! Tu sólo debes encontrar esta abertura diminuta, el punto de nuestra libertad, entre todas las direcciones en las que tú deseo te impulsa. Y una vez que se descubre esta apertura, ¿Cómo puedes concentrar todas tus fuerzas en una acción para atravesarla hacia el Mundo Superior?
¡De esto se trata toda la Sabiduría de la Cabalá! En vez de dispersar tus fuerzas en todas las direcciones en donde careces de libre albedrío y en donde todo está predeterminado, tú encuentras este camino de libre elección, juntas tus fuerzas, y luego logras alcanzar el mundo espiritual.
Posteriormente tú entiendes, que el cumplimiento de las condiciones de garantía mutua, el amor por las criaturas, es exactamente lo mismo que cumplir con las condiciones de avance hacia el mundo superior. Esto se debe a que la garantía muta no es más que otra definición de la misma fórmula que nos dirige a la salida de este mundo, hacia el pasaje, y nacimiento del Mundo Superior.
Naturalmente, nosotros cambiamos nuestro destino de esta manera. Después de todo, adquieres el punto libre que Arquímedes habló cuando dijo: “Dame un punto de apoyo, y moveré toda la Tierra”.
(23208– De la cuarta parte de la lección diaria de Cabalá del 12 de octubre del 2010, El Amor por el Creador y el Amor por los seres creados.)
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