La Torá, «Éxodo», Mishpatim (Leyes): 21:22: «Y si los hombres se pelearan y golpearan a una mujer encinta y ella aborta pero no hay víctima, él por cierto será castigado cuando el esposo de la mujer se lo exija y él le dará (restitución) de acuerdo a los jueces» (órdenes)».
Esto se refiere a dos fuerzas contradictorias que luchan en un hombre una contra otra al extremo que en su lucha mata al feto de su próximo estado.
Si esto sucede, ellas están obligadas a reponer la pérdida que han provocado pero no debería ser de naturaleza física o material, lo que es común en este mundo corporal, sino más bien deberían reponer el estado que se perdió y elevarlo al mismo nivel que estaba antes del daño.
A propósito, este es un problema de rutina que ocurre constantemente en los estados de transición entre niveles, dado que siempre hay una posibilidad de que estas fuerzas choquen, creando por consiguiente la oportunidad de un aborto espontáneo.
Por esto se ha dicho que la mujer no muere y puede aún dar a luz.
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Del Kab.TV «Secretos del Libro Eterno» del 05/20/13
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